Ganancias de productos piratas podrían sostener a la UNAM un año

 

El precio que paga México por la piratería es muy alto. Un nuevo estudio del Centro de Investigación para el Desarrollo revela que las ganancias anuales generadas a nivel nacional por este comercio ilegal alcanzarían para financiar a la UNAM durante todo un año e incluso sobraría.

Ciudad de México.- Cada año la problemática de la piratería y el comercio ilegal de mercancías adquiere mayor relevancia en el panorama nacional e internacional.

De acuerdo al estudio “Piratería: entendiendo el mercado ‘sombra’ en México”, elaborado por el Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC) en alianza con la Cámara Americana de Comercio (AmAham), el mercado de la piratería podría costarle al país más de 43 mil millones de pesos.

La pérdida es enorme, tanto, que podría financiar a la Universidad Nacional Autónoma de México durante todo un año y aún así, sobrarían 5 mil 245 millones.

El estudio señala que dicha cantidad es aproximadamente el 34% del recorte presupuestal anunciado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, 28% más que todo el presupuesto 2015 para el Consejo Nacional de Ciencia y tecnología (Conacyt) y 34 veces más que todo el presupuesto del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI.)

Lorena Becerra, directora del estudio,  señala que “la gente en México no ve a la piratería como un robo, aunque en realidad es lo que termina siendo”. En este sentido, en México no hay una definición legal específica para la piratería, sin embargo, con base al Código Federal Penal y a la Ley de la Propiedad Intelectual podría denominarse piratería como aquellos “delitos en materia de derechos de autor o de propiedad industrial”.

¿Cómo erradicar un mal que es inexistente para la ley?

Considerar que el éxito de la piratería se debe a que son productos baratos es, una simplificación del fenómeno. El precio sólo es una variable relevante de algunos consumidores en sus respectivos contextos. Es preciso entender cabalmente tópicos como la accesibilidad y disponibilidad de los productos pirata, así como el perfil del consumidor para cualquier propuesta de solución.

Aunado a la falta de marco legal que tipifique estas prácticas, no debemos perder de vista que existe una aceptación social bastante generalizada hacia la piratería a pesar de que la mayoría de la gente sabe que es ilegal. La frase “es ilegal pero no grave es, posiblemente, la que mejor resume el estatus que tiene la piratería en el imaginario colectivo“, sostiene Becerra.

Actualmente existen muchas campañas contra el consumo de la piratería. Los consumidores no vinculan dicho consumo con consecuencias legales por parte de las autoridades, ni con consecuencias en su bienestar individual. Tal vez, acercar estas campañas a su realidad y el cómo la piratería afecta no sólo a las grandes empresas sino en su contexto social, pueden ser benéficos para generar mensajes que concienticen y logren disminuir el consumo de piratería.

 

Por María Navarro.

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