El sueño de los ciudadanos, las empresas y las entidades financieras es pagar menos impuestos y obtener mayores beneficios y todo parece indicar que Estados Unidos ofrecerá estas condiciones de ensueño, por lo que el plan fiscal de Donald Trump podría ser otro golpe a las inversiones en México y con esto, el gobierno mexicano ya tiene otro frente de ataque que tiene que controlar.
Ciudad de México.- Aún no se ha superado la incertidumbre generada por las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y ya hay otro tema de preocupación para las autoridades mexicanas, esto debido a que Donald Trump continúa con su propuesta de reducir impuestos sin importar las consecuencias económicas que esto le produzca, ya que para el mandatario estadounidense con esto se beneficiaría a la mayoría de los sectores de la población.
Su planteamiento integra una reforma fiscal que reduzca la carga tributaria de 35 por ciento a 20 por ciento a las grandes compañías; una tasa máxima de 25 por ciento para las “entidades de paso”, como las sociedades de responsabilidad limitada; así como de 35 por ciento a los más ricos y de 25 por ciento para las pequeñas empresas.
“Queremos una reforma de impuestos que favorezca el crecimiento, que favorezca los empleos, que favorezca a los empleados y a las familias, y que favorezca a Estados Unidos… Vamos a recortar los impuestos para la clase media, haciendo la carga impositiva más simple y más justa para el día a día de los estadounidenses”, señaló hace unos días Donald Trump.
En este sentido, sin importar la reducción de ingresos que esto provocaría al gobierno estadounidense y que algunos expertos económicos la calculan entre 5 y 7 billones de dólares, el presidente Trump espera que su propuesta sea aprobada por el Congreso y materializar así una de sus propuestas más importantes de campaña.
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Los efectos que esto provocaría en México
Y México por supuesto resentiría esto de manera directa en cuanto a la posibilidad de que las inversiones prefieran irse a Estados Unidos, por lo que sin resolver el problema del TLCAN, ahora tiene que definir una estrategia fiscal en caso de que la propuesta de Trump avance y modifique las condiciones actuales.
En este sentido, Mario Correa, economista en Jefe de Scotiabank México declaró para El Financiero que con esto México tendría que cambiar su marco fiscal y ajustar los impuestos para poder competir con el vecino del norte e incluso, obligaría al gobierno federal a modificar el Acuerdo de Certidumbre Tributaria.
Este acuerdo, según explicó la propia oficina de presidencia, “hasta el 30 de noviembre de 2018 el Ejecutivo Federal se compromete a no proponer al Honorable Congreso de la Unión cambios en la estructura tributaria; es decir no proponer nuevos impuestos, aumentar las tasas de los impuestos existentes y/o reducciones o eliminación de beneficios fiscales o exenciones existentes”.
Salvo que un viento tan poderoso que viene del norte obligue a esto. “Si el mundo nos cambia, en este caso Estados Unidos y además se trata de un cambio significativo, tendremos que adaptarnos y no sería prudente tratar de mantener las mismas condiciones cuando el mundo está cambiando”, afirmó Correa.
En este sentido, habrá nuevos ajustes tributarios para poder ofrecer las mismas condiciones sobre todo a las grandes compañías, lo que en teoría significa que será otro frente con el que se tendrá que combatir y que tampoco será nada fácil de sortear.