La productividad es un pendiente a nivel global. En México se rezagó 40 porciento durante 7 años respecto a los países más avanzados miembros de la OCDE.
Ciudad de México (elsemanario.com).- México se ha rezagado en el tema de productividad respecto a las principales economías del mundo, al grado de caer 40 por ciento en los últimos siete años (del 2007 al 2014), alertó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, coincidió con el organismo internacional y reconoció que el rezago es pronunciado, sin embargo, señaló que no es de ahora, sino un lastre que el país lleva arrastrando y acumulando desde hace 30 años.
[box type=”shadow” ]“En donde más allá de las condiciones económicas, financieras y sociales de nuestro país, lo que había sido una constante: el poco crecimiento de nuestra productividad; más bien, el estancamiento de nuestra productividad”, dijo durante la Cumbre Internacional de Productividad que se celebra desde este lunes en la Ciudad de México.[/box]
Tiene razón, pero lo que debe ocupar ahora al país es lo que nos toca por hacer, es decir, lo que está en manos de esta administración. La economía mexicana desde hace tres años crece en promedio 2.4 por ciento anualmente, pero la productividad ha venido decreciendo.
Según cifras de la OCDE, México registró un nivel de productividad laboral muy bajo, 60 por ciento por debajo del promedio de las naciones que la conforman y 70 por ciento por debajo de la que reporta Estados Unidos.
En palabras de Peña Nieto, ser más productivo significa “hacer más con menos; lograr menores costos en la producción de bienes y servicios; que lleguen a la población con mayor calidad y a menores costos; que permita generar ahorros para las familias mexicanas”, lo malo es que no dijo cómo se logra eso.
La respuesta tal vez estará contenida en la propuesta que el mandatario mexicano presentará al Congreso de la Unión en la que propondrá medidas para elevar la productividad y el crecimiento económico de las zonas del país que registran el mayor rezago social, económico e incluso político.
Al respecto, el secretario general de la OCDE, José Ángel Gurría, sostiene que la productividad de los países debe ser más democrática e incluyente, debe también reducir la desigualdad. Además, recordó que incrementar la productividad no necesariamente quiere decir trabajar más duro, sino de forma más inteligente.
En ese sentido señala que es recomendable que los gobiernos tomen medidas para aprovechar mejor las fuerzas de difusión del conocimiento, enfocarse en el desarrollo de habilidades y facilitar una asignación más eficaz de talento humano a los empleos.
Para el mexicano las reformas estructurales, impulsadas en los últimos años, son una forma de lograrlo. Puntualizó que dichos cambios “son un modo de vida” y se trata de un proceso que constantemente debe ser revisada su correcta aplicación y con objetividad, decidir si se tiene que cambiar, ajustar o incluso “reformas de las propias reformas”.
Al final, lo cierto es que incrementar la productividad en México es un trabajo conjunto, debe haber voluntad por parte de todos los actores; voluntad política del gobierno para establecer políticas más equitativas e integrales, por el sector privado de implementarlas adecuadamente y por el trabajador que se comprometa a cumplir con su parte. Pero esto únicamente se podrá dar si la responsabilidad es compartida.
Por I. Nava