Como parte de las propuestas del gobierno de AMLO para dotar al país de autosuficiencia energética, está la construcción de la refinería de Dos Bocas, pero el problema al que se puede enfrentar es que el proyecto puede resultar más cara de lo que se ha presupuestado.
Ciudad de México.- Este es el proyecto insignia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador en materia energética y aunque es muy viable su construcción, algunos analistas consideran que el precio total para realizar esta obra podría superar los 8 mil millones de dólares que tiene pensado invertir el gobierno federal de aquí a tres años.
Existen diversos factores que ponen en duda que este presupuesto inicial sea suficiente para poner en funcionamiento una refinería de gran calado, con una producción estimada en 300 mil barriles al día y que responda a las características de innovación tecnológica para ser de vanguardia.
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Aranceles y condiciones climatológicas
Uno de los temas que preocupa a los analistas, es el hecho de que la materia prima para la construcción de esta refinería tendrá que ser el acero, un material que ha tenido un incremento sustancial en sus precios luego de que los Estados Unidos impuso aranceles a las importaciones de este producto.
Además, el clima húmedo y tropical de la zona, aceleran la corrosión de los metales, reduciendo su vida productiva y por lo mismo, aumentando los montos para su mantenimiento.
Gonzalo Monroy, analista de energía y director general de la consultoría especializada GMEC, señala que estas condiciones se deben tomar en cuenta para proyectar un costo final de la obra.
“En el caso de Dos Bocas se debe hacer una adecuación portuaria y la humedad de la región tiene un efecto corrosivo muy alto, por lo que la infraestructura que debe durar 20 años, sólo tiene vida útil por 6 años, lo que generaría otra alza en el costo real de la megaobra”, aseguró en declaraciones para El Financiero.
Capacidad de producción y costos
Por otra parte, está la capacidad de producción que se desea obtener con esta nueva refinería, ya que si bien el gobierno federal estima al menos 300 mil barriles diarios, para esto se necesita implementar nuevas tecnologías para hacerla más eficiente, lo que también aumenta los costos de construcción.
Así, “una refinería de destilación atmosférica, es decir, una gran caldera destila el petróleo y genera: gasillas naturales, gasolinas, diesel, combustóleo y chapopote, que produzca 250 mil barriles cuesta entre 10 mil a 11 mil millones de dólares”, explicó Monroy.
Pero dada las características del petróleo que se extrae en México, donde la producción de crudo ligero apenas alcanza los 140 mil barriles al día, entonces se necesita una planta coquizadora para aprovechar al máximo los recursos disponibles.
Por lo que el experto asegura que esa tecnología eleva el costo de construcción. “Estaríamos hablando de una refinería de 150 mil barriles con un costo de 16 a 18 mil millones de dólares”.
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Empresas interesadas en los proyectos
Y a pesar de todos estos elementos que pueden modificar el presupuesto destinado a la construcción de la refinería de Dos Bocas, ya hay empresas interesadas en esta obra y en la modernización de las otras seis refinerías que existen actualmente en el país.
Una de ellas es la empresa de servicios petroleros Rengen, quien pretende competir en las licitaciones para estas obras, ya que considera que las refinerías pueden volver a retomar sus niveles productivos con una adecuada modernización.
“Las plantas estuvieron operando plenamente hace unos años, pero dejaron de darles mantenimiento, con las adecuaciones necesarias pueden de nuevo operar a buen nivel”, dijo Oscar Scolari Romero, fundador y CEO de la empresa.
Pero también reconoció que aún no hay fecha para las licitaciones. De acuerdo a Scolari, el presidente Andrés Manuel López Obrador les pidió en una reunión privada que “tuvieran paciencia” ya que “no tuviéramos dudas” de que estos proyectos se realizarán, aunque aún desconocen de cuándo saldrán las licitaciones y los concursos para estas obras.