El nuevo acuerdo comercial de América del Norte, T-MEC, pone fin a protecciones legales para empresas estadounidenses y las deja a merced de tribunales mexicanos, un riesgo que se había evitado en el TLCAN.
Después del largo y desgastante proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), un nuevo acuerdo comercial en el bloque salió a la luz a finales de septiembre, denominado oficialmente Acuerdo Estados Unidos, México y Canadá (USMCA), que incluye la cooperación trilateral pero con cambios relevantes para las empresas en todos los lados de las fronteras.
Entre las diferencias entre el TLCAN y el llamado T-MEC en México, existe una diferencia que expone a algunas empresas estadounidenses a terrenos inexplorados en temas legales.
El TLCAN incluía disposiciones que otorgaban a las empresas estadounidenses que operan en México y Canadá la opción de impugnar las decisiones gubernamentales en un tribunal internacional.
Con esto, en un cambio en las regulaciones mexicanas o canadienses, por ejemplo, que hubiese tenido un impacto significativo en las operaciones de una firma estadounidense, podría ser cuestionado a través de un panel internacional en lugar de las cortes locales.
Sin embargo, la eliminación de la protección de la inversión significa que las empresas ahora estarían a merced de los tribunales de México.
La disposición ha sido parte de numerosos pactos comerciales para disminuir los riesgos de las empresas que operan en el extranjero. Su eliminación hace que el nuevo acuerdo sea atípico, dijeron expertos en comercio y fuentes de la industria en Washington, citados por Reuters.
El T-MEC eliminará gran parte de las antiguas protecciones de solución de controversias entre inversores y estados (ISDS, por su sigla en inglés) en los próximos años.
El gobierno de Trump, representado en las negociaciones por Robert Lighthizer, inicialmente había querido eliminar todas las protecciones de este tipo, pero aceptó algunas excepciones luego de la presión de los grupos de la industria de México y Estados Unidos.
Jesús Seade, negociador comercial líder para el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo que el representante comercial estadounidense tomó una posición moderada porque México quería conservar las ISDS, que son importantes para la inversión.
El USMCA, o T-MEC, se encuentra actualmente en revisión en las Cámaras de los tres países y de ser aprobado, el nuevo documento podría estar siendo firmado por los presidentes de cada nación antes de que finalice el mes de noviembre.
Con información de Reuters
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