WSJ cuestiona ética empresarial de Alfonso Romo, asesor de AMLO

En un artículo publicado este sábado, TWSJ asegura que Alfonso Romo, el empresario mexicano asesor de AMLO, no es el mejor ejemplo de ética empresarial.

El diario estadounidense Thw Wall Street Journal publicó esta semana un artículo en el que criticó duramente a Alfonso Romo, empresario asesor de Andrés Manuel López Obrador, y quien ha fungido hasta el momento como el enlace con la cúpula empresarial de México.

De acuerdo con el diario referido, Romo, quien ha sido propuesto por Obrador como su jefe de gabinete, es un empresario que cuenta con un historial de fraude y estafa, así como con acusaciones de engaño en contra de socios accionistas.

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TWSJ suscribe que Romo, quien se ha encargado en los últimos meses de convencer a importantes empresarios de que el proyecto de AMLO no es un “peligro” para México, no es el mejor ejemplo de ética empresarial.

En el artículo “How to Get Rich Quick in Mexico” (Cómo hacerse rico rápido en México) firmado por la periodista Mary Anastasia O’Grady, rescata que en el año 2002, Romo fue presidente y director Ejecutivo del conglomerado mexicano Savia y de la empresa Seminis, que producía semillas y era propiedad de 75% de Savia, y cotizaba en el Nasdaq.

El texto afirma que la empresa de semillas se había involucrado en una rápida expansión mediante adquisiciones, lo que creó un estrés financiero que podría haberse superado usando los mercados de capitales.

En diciembre de aquel año, sin embargo, Savia firmó una carta de intención no vinculante para vender la empresa al corporativo estadounidense Fox Paine.

“Bernardo Jiménez, un vocero del señor Romo, me dijo por teléfono desde México que Fox Paine había mostrado interés en la compañía por varios años y que el señor Romo veía esto como la mejor opción para lidiar con la pesada carga de deuda de Seminis”, señala O’Grady.

El diario estadounidense destaca que se definió el precio por acciones de la empresa hasta 50% superior al precio de mercado, el día anterior a la publicación de la carta de intención de venta; de esa manera solo Romo y sus afiliados debían ser “accionistas permanentes”. Al final de la transacción, Romo y sus filiales poseían al menos el 41% de las acciones comunes y según estimaciones podrían haber tenido hasta un 52% de control a través de las partes que actuaba a su nombre.

El acuerdo de Fox Paine se cerró el 29 de septiembre de 2003 y el 22 de enero de 2005, y 16 meses más tarde, Romo y Fox Paine firmaron un “acuerdo y plan de fusión” con Monsanto; esto se valoró en mil 500 millones de pesos en efectivo y asumió deuda más un bono de rendimiento de hasta $125 millones pagaderos a una compañía llamada Marinet, que según fuentes de WSJ era propiedad de afiliados de Romo.

TWSJ presume que Romo, sus afiliados y Fox Paine comenzaron a negociar la venta a Monsanto más o menos un año después de comprar Seminis, lo que les habría dejado una ganancia de 950 millones.

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