Yuan por petrodólares

Donald Trump celebró en Twitter las “amables palabras sobre aranceles y barreras a automóviles” del presidente de China, Xi Jinping, quien dedicó un discurso la semana pasada a frenar la escalada en la guerra de aranceles que inició Trump.

El presidente estadounidense no se puede detener solo, alguien con poder tiene que frenarlo; según él, las guerras comerciales son útiles y las puede ganar fácilmente. Para probárselo a sí mismo (el único horizonte que acepta), fue escalando sus amenazas de imponer aranceles a la importación de volúmenes cada vez mayores de productos chinos.

Los chinos prefirieron ponerle fin, prometiendo mayor apertura a inversiones extranjeras en sectores como el automotriz y financiero; al mismo tiempo, iniciaron —aunque desde el año pasado se anunciaba— un proceso que pudiera cambiar las reglas del juego de los mercados de capitales, según testimonios de expertos recogidos por Reuters.

Se trata del intento de reemplazar los petrodólares por yuanes en el mercado del petróleo, empezando por el pago de sus propias importaciones; los enemigos árabes de Estados Unidos han intentado desplazar el dólar con monedas regionales, intentos que fueron anulados por Washington.

Con China será diferente; además de su peso en la economía global y de ser el primer importador mundial de petróleo, su gobierno no puede ser derrocado ni el país intervenido por Estados Unidos, como han sido los árabes.

petróleo

El 26 de marzo, China lanzó sus contratos de futuros de petróleo y, si tiene éxito en que sus proveedores vayan aceptando yuanes en vez de petrodólares en pago, el privilegio de Estados Unidos, de ser el emisor del dinero mundial, estaría gravemente amenazado.

A ese privilegio le debe Estados Unidos el poder consumir más de lo que produce y pagarlo con papel moneda parcialmente respaldado por el valor de la riqueza que produce el país; gran parte del excedente monetario son petrodólares, valorizados por los 14 mil millones de dólares que vale el mercado mundial de petróleo (2017), equivalente al 75% del PIB estadounidense.

El ajuste del dólar al valor de lo que produce Estados Unidos en bienes y servicios, sin el mercado petrolero detrás, significaría el colapso de las compras, de las inversiones y consumo estadounidenses y, sin duda, la peor recesión de su historia y la profundamente integrada economía global.

Pasarán años, antes de que el petro-yuan represente una verdadera amenaza al monopolio del dólar como dinero mundial, pero nunca antes se había planteado esa posibilidad, como ahora lo hace Pekín.

0 0 votos
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Danos tu opinión.x