Este miércoles se cumplieron 32 años del Día Internacional del Trabajo Doméstico pero, ¿qué significa esto? Al día de hoy, no sólo las mujeres son vulnerables al dedicarse a las labores del hogar; hombres y mujeres mexicanas son de los grupos más afectados en este sentido, pues carecen de un salario adecuado, además de que no tienen prestaciones de ley.
Ciudad de México (elsemanario.com).- Este miércoles se celebró para reconocer el valor de las labores domésticas; las del hogar, como pueden ser: limpiar la casa, preparar alimentos, cuidar a los niños o a los adultos mayores, lavar o planchar la ropa, etc.
El concepto puede tener dos vertientes, que tienen que ver con si las labores son No remuneradas o Remuneradas. Aún así, según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, es una labor invisible, pues para estos y estas trabajadores y trabajadoras, no hay reconocimientos de ningún tipo y además, su trabajo está infravalorado; además de que no se considera un trabajo con valor económico o social, muchas veces se le ve como una obligación innata de las mujeres.
Desde el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe que se llevó a cabo en Lima, Perú, en 1983, se aprobó la propuesta para que el 22 de julio de cada año se celebre como el Día Internacional del Trabajo Doméstico.
Ahí se habrían retomado los problemas comunes a los que se enfrentaban las mujeres que se dedicaban a este tipo de empleo.
Para el día de hoy, no sólo las mujeres son vulnerables al dedicarse a las labores del hogar; hombres y mujeres son de los grupos más afectados en este sentido pues carecen de un salario adecuado, además de que no tienen prestaciones de ley. Por ello
“Es importante tener en cuenta que las personas que trabajan como empleadas del hogar difícilmente cuentan con redes de apoyo debido a que, en su mayoría, no son originarias del lugar donde trabajan, lo cual dificulta que su familia cercana pueda apoyarlas o apoyarlos”.
Son las palabras de la Lorena Cuéllar Cisneros, legisladora del Sol Azteca, quien funge como presidenta de la Comisión de Desarrollo Social del Senado y misma que pidió erradicar los esquemas de trabajo informal que permean el territorio nacional en esta materia, en donde un gran número de mexicanos y mexicanas sufren de explotación laboral.
¿Qué pasa con los y las empleadas domésticas?
Según la perredista, los empleados son aislados o se les inserta en un pequeño núcleo de personas de confianza; con lo anterior, se generan escenarios que los colocan en situaciones de vulnerabilidad.
Así, exhorta que es urgente poner en la agenda pública esta situación de desventaja en donde las mujeres y hombres que se desempeñan como trabajadores del hogar son afectados directamente; y no sólo eso, argumenta que debe plantearse una estrategia integral con acciones desde la Legislatura para permitir a estos grupos acceder a sus derechos de manera plena y eficaz.
“Es importante redoblar esfuerzos institucionales y construir políticas transversales para mejorar las condiciones de vida de las y los trabajadores domésticos, formalizando su trabajo a través de contratos laborales, estableciendo horarios de las jornadas diarias de acuerdo a la ley y evitando, sobre todo, despidos injustificados”.
La senadora se refiere a que el Ejecutivo federal envíe al Senado el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo para que sea ratificado; de ser así, ese movimiento representaría un avance de gran alcance, dijo, pues permitiría mejorar a gran escala las condiciones laborales del sector.
En el país, nueve de cada diez personas trabajadoras del hogar son mujeres, por lo que Cuellar resaltó la importancia de que cualquier tipo de estrategia dirigida hacia esta población debe considerar de forma transversal la perspectiva de género.
En México, el DF, Veracruz, Puebla, Jalisco, Michoacán, Guanajuato y el Estado de México son las entidades que más personas dedicadas al trabajo del hogar tienen.
La legisladora del Sol Azteca arroja un dato que nos hace repensar hacia donde deben ir encaminadas las políticas que abracen a este sector, pues
“45.8 por ciento cuenta con estudios de primaria y 6.9 por ciento no sabe leer ni escribir”.
Vale la pena mencionar que, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, del total de las horas trabajadas en este sector, el 22.8 por ciento lo ocupan los hombres mientras que las mujeres se encargan del 77.2 por ciento; esto en la variable que tiene que ver con lo No Remunerado.
En lo que tiene que ver con el empleo Remunerado, los datos del INEGI arrojan que 95 de cada 100 empleados son mujeres y 85.8 por ciento realizan tareas de limpieza en hogares particulares; mientras que el 8.2 por ciento son cuidadoras de personas y 5 por ciento se dedican a lavar o planchar en hogares particulares.
121 mil hombres se dedican a este tipo de labores; de ellos, el 49.3 por ciento son trabajadores domésticos y el 45.4 por ciento son choferes en casas particulares.
Por Alberto Cedeño.