Ciudad de México – Filósofo, poeta, ensayista y maestro de varias generaciones de investigadores mexicanos, son solo algunos de los atributos que recordaremos del recién fallecido Ramón Xirau. De origen español, Xirau forma parte de la oleada de exiliados a México que provoco el ascenso al poder de Francisco Franco durante la primera mitad del siglo XX. El entonces presidente Lázaro Cárdenas, como gesto humanitario, ordenó dar asilo a cientos de españoles, suceso que enriqueció de sobremanera la creación cultural del país.
Hijo del también filósofo, Joaquín Xirau, Ramón llego a México a los 15 años, según el mismo contaba, se enamoró de este país desde su arribo. El investigador emérito por la UNAM, tuvo una vida prolifera intelectualmente con más de 40 títulos publicados; fue miembro del Colegio Nacional, de la Academia Mexicana de la Lengua, del Consejo Constitutivo de Ciencias de la Presidencia de la Republica, así como, laureado con reconocimientos por parte del gobierno francés, español y mexicano.
La UNAM lamenta el fallecimiento de los doctores Ida Rodríguez Prampolini y Ramón Xirau, investigadores eméritos de nuestra Universidad. pic.twitter.com/Qin9of6Nqr
— UNAM (@UNAM_MX) July 27, 2017
En uno de sus libros más representativos, El tiempo vivido, Ramón Xirau realiza una profunda reflexión en torno a la problemática de la temporalidad en san Agustín y Sartre. La interrogante del tiempo como un vestigio de la finitud, es para Xirau un elemento crucial dentro de su obra. Lo anterior, quizá, se deba al hecho de que jamás pudo olvidar del todo el prematuro fallecimiento de su hijo y su padre.
“La muerte es dolorosa. Por eso la espero con una mezcla de miedo y esperanza. Esperanza ante esa posibilidad de que haya otra vida”.
"La poesía es como la vida, caída".
¡Hasta siempre, maestro Ramón Xirau! (Barcelona, 1924 – México, 2017). pic.twitter.com/FELfSdPhBU
— Literatura INBAL (@literaturainba) July 27, 2017
Ramón Xirau falleció en su casa de la Ciudad de México por causas naturales a los 93 años el miércoles 26 de julio a las 23:50 horas. Matilde Quijano, amiga de la familia, confirmo el deceso. “Murió en su casa, rodeado de su familia. Su esposa, Ana María Icaza, no se separaba de él desde hace tres años. No sufrió nada, fue una muerte muy tranquila. La muerte de los justos”.
El cuerpo será velado en su domicilio y sepultado en el panteón español.