Sin embargo, desde su creación esta institución no cuenta con un adecuado reglamento de su Ley Orgánica, lo que ha dejado vacíos legales; propiciando conflicto con los trabajadores de dicho organismo.
Ciudad de México – Creado en 1939 por decreto del entonces presidente Lázaro Cárdenas, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), es el organismo encargado de la preservación del patrimonio arqueológico, antropológico e histórico de la nación. Actualmente el INAH es la institución responsable de alrededor de 110,000 monumentos históricos, por lo que su labor es de suma importancia.
Sin embargo, desde su creación esta institución no cuenta con un adecuado reglamento de su Ley Orgánica, lo que ha dejado vacíos legales; propiciando conflicto con los trabajadores de dicho organismo. Por tal motivo, y a casi 80 años de su fundación, a petición de Diego Prieto, director general del INAH, el pasado 25 de julio se instaló la Comisión de Redacción del Proyecto de Reglamento de la Ley Orgánica del INAH.
La mesa en la que participan más de 15 expertos entre investigadores y funcionarios tiene como objetivo dejar listo el documento con los nuevos estatutos a finales de noviembre o principios de diciembre del presente año. Posteriormente, tendrá que ser abalado por la Secretaria de Cultura y la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República.
Al respecto se pronunció Diego Prieto. “No es empezar una discusión, es concretar una necesidad que existe desde que, en diciembre de 1938, hace ya cerca de 80 años, se promulgó la Ley Orgánica del INAH, que empezó a tener vigencia a partir del 3 de febrero de 1939, desde entonces no ha existido un reglamento que de alguna manera traduzca lineamientos orgánicos más puntuales de la Ley Orgánica de la institución”.
La iniciativa por crear un documento regulador interno, también responde al proceso que la Secretaria de Cultura llevó acabo para generar su propio reglamento interno, el cual fue publicado el año pasado en el Diario Oficial de la Federación. “El año pasado planteamos a la propia Auditoría que había que esperar a que surgiera el reglamento de la Secretaría de Cultura para poder alinearlo de manera conveniente y tener un reglamento compatible con nuestra pertenecía a esta nueva secretaría”.
Yo quiero pero las reglas no es lo que busco