El precio de las gasolinas, el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y su seguridad personal son sólo algunos temas en los que el virtual presidente electo ha cambiado de opinión.
Un México conciliador, pero sin renunciar a la promesa de un “cambio radical”, así podría resumirse la nueva postura discursiva por la que ha optado Andrés Manuel López Obrador tras su avasallador triunfo en las urnas el pasado 1 de julio.
¿Este nuevo discurso conlleva una traición a sus promesas de campaña? Quizá sea muy pronto para afirmarlo, pero a menos de dos semanas de que los ciudadanos lo favorecieron en las urnas, decenas de voces críticas ya se han hecho escuchar.
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El Ejército Nacional de Liberación Zapatista (EZLN), sin ir más lejos, desplegó esta semana un comunicado en el que se refiere a Obrador como “capataz sin futuro”, y asegura que no hay confianza en que promueva un cambio en el presente y futuro del país.
En lo que se cristalizan o no los pronósticos del EZLN, lo cierto es que Andrés Manuel sí ha matizado, por lo menos, algunas de las propuestas que realizó durante su campaña.
Por ejemplo, el tema de la gasolina.
Obrador, como otros presidentes antes, prometió acabar con los “gasolinazos” y aseguró que no se incrementaría el precio de las gasolinas. Sin embargo, como virtual presidente, este lunes 9 de julio reconoció que el precio del combustible se moverá de acuerdo al de la inflación y que será hasta el tercer año de su gobierno cuando disminuya el precio.
Es importante destacar que la declaración de este lunes no es una aclaración a rumores que se han esparcido alrededor de su campaña. Unos días después de ganar las elecciones, Obrador precisó que el Banco de México seguirá siendo un organismo autónomo y que habrá libre paridad cambiaria. Durante su campaña nunca prometió nada distinto.
Lo que sí prometió en campaña, sin embargo, fue que cancelaría la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México. Sin embargo, esa postura, ha sido matizada. Días antes de concluir su campaña, tras reunirse con empresarios del sector turístico, Obrador aseguró que “revisaría el tema”.
Por último, desde hace varios años, Obrador aseguraba que en caso de ganar las elecciones, no utilizaría los servicios del Estado Mayor, ya que confiaba en que la gente lo iba a cuidar. Una semana después de la elección, sin embargo, el presidente electo reconoció que también evalúa la posibilidad de contar con protección.
Andrés Manuel señaló la semana pasada que escuchará las opiniones de sus colaboradores (como Olga Sánchez Cordero, quien se ha manifestado a favor de la seguridad del próximo presidente).
“El EMP ya no va a estar en la tarea de custodiar, de proteger de hacer labores de logística para el presidente de la República. Vamos a resolver esto de la mejor forma posible”, precisó.
Con información de Nación 321