El principal riesgo, comentan los analistas, es que recortar los sueldos podría generar una fuga de talento en el sector público, cuya principal fuerza de trabajo buscaría acomodarse en el sector privado.
¿Logrará Andrés Manuel López Obrador recortar los sueldos de altos funcionarios como propuso durante su campaña? Esa es una de las preguntas que millones de mexicanos y varios analistas se plantean a cuatro meses de que el virtual presidente electo ocupe sus funciones al frente del Ejecutivo.
Otra pregunta que muchos se plantean es si, en caso de lograrlo, esta medida radical podría conllevar riesgos a mediano y largo plazo. Y es que mientras algunos consideran que recortar los salarios favorecerá el ahorro presupuestal y las finanzas públicas, muchos más consideran que también podría provocar un éxodo de talentos hacia la iniciativa privada.
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“Consideramos que sin corrupción y con un gobierno austero podremos sacar a México de la crisis económica, del malestar y la pobreza, de la espiral de inseguridad y violencia que actualmente padece. Para ello, no hará falta aumentar impuestos ni incrementar la deuda del Estado; bastará con honestidad en el gobierno y con una reducción del costo de la administración para aumentar la inversión pública y utilizarla como capital semilla para financiar proyectos productivos con la participación de la iniciativa privada y del sector social”, es parte de la carta publicada por López Obrador en abril pasado, antes de ganar las elecciones presidenciales.
La idea del corte
Dos meses más tarde, con el escenario completamente distinto, el virtual presidente electo compartió un documento con 50 puntos que conforman su plan de austeridad.
Luisa María Alcalde, postulada como secretaria de Trabajo durante el sexenio de Obrador, dijo recientemente a Nación 321 que “el gobierno debe apretarse el cinturón porque ya dijimos que no va haber mayor deuda, no se van a incrementar impuestos. De algún lado deben salir los recursos y van a salir de este plan de austeridad y sin duda de eliminar la corrupción en todos los niveles”.
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Para los partidarios de la medida, reducir el gasto corriente permitirá también aumentar el gasto en inversión. Carlos Urzúa, futuro Secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), dijo por ejemplo que se planea quitar programas y reducir el gasto de nómina para ahorrar 15,000 millones de pesos.
Pero hay riesgos
Para muchos es claro, el pueblo de México, especialmente los sectores más desprotegidos, ven con recelo e indignación los sueldos de miles de pesos que ganan varios funcionarios públicos de alto y medio rango.
La propuesta de Andrés Manuel encuentra un fuerte apoyo en este sector, un segmento de la población en el que la indignación y la molestia han crecido en los últimos año. Sin embargo, también es cierto que varios expertos consideran que la medida no está exenta de riesgos.
El principal riesgo, comentan los analistas, es que recortar los sueldos podría generar una fuga de talento en el sector público, cuya principal fuerza de trabajo buscaría acomodarse en el sector privado.
No creo que sea adecuada la propuesta de recortar tanto los sueldos. Mejor hubiera sido dejarles su salario actual congelado y recortar todos aquellos gastos superfluos que acostumbraban hacer a costa del erario. Ojalá rectifique el Lic. López Obrador.
— Dave (@Vertreter4) July 17, 2018
Por ejemplo, el columnista Enrique Quintana advierte que “una medida que se va a llevar aplausos puede dejarnos un gobierno con una mediocre calidad. Sí, hay que recortar excesos y abusos, pero eso debe hacerse con análisis detallado y no tirando el agua sucia de la tina con todo y niño”.
Mientras las esperanzas y dudas se cristalizan, López Obrador tendrá un par de meses agitado ante de tomar posesión el 1 de diciembre como nuevo presidente de México. Sólo el tiempo podrá decirnos si la medida más ambiciosa de su gobierno pudo ser concretado y, en dicho caso, si fue suficientemente bien aplicada.
Con información de Nación 321