No hace mucho, la Cancillería mexicana condenó ante la ONU la situación de los niños inmigrantes en EU, pero en el país se ha detenido a miles de menores inmigrantes en lo que va del año.
La imagen es extrañamente familiar: niños pequeños sin sus padres ni adultos a cargo que son escoltados por policías. Fueron detenidos por ingresar de manera ilegal en un país que no es el lugar en el que nacieron. Pero no es algo que ocurre en Estados Unidos, está sucediendo, cada vez en mayor medida, en México.
Mientras el gobierno estadounidense enfrenta una serie de críticas por la política migratoria promovida por el presidente Donald Trump, que ordenó la separación de familias migrantes en la frontera sur (sólo para desestimar más tarde esta medida ante la presión social), en México se vive otra crisis sumamente parecida, pero mucho menos conocida.
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De acuerdo con la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, tan sólo entre enero y mayo de este año, 12 mil 416 menores de edad fueron detenidos por las autoridades migratorias mexicanas por ingresar de forma ilegal al país. De esta cifra, 45 por ciento de ellos tienen menos de 11 años de edad.
Se trata de un aumento del 90 por ciento en el número de detenciones de menores que se registró en el mismo periodo del año pasado. Se sabe también que el número de menores que fueron detenidos cuando viajaban sin la compañía de un adulto aumentó 42 por ciento en el mismo periodo, ya que en lo que va de 2018 se han registrado 331 casos y el año pasado fueron 233.
Como ocurre en Estados Unidos, la mayoría de los niños detenidos puestos a disposición de las autoridades Instituto Nacional de Migración (INM) son de origen centroamericano. El 98 por ciento ha emigrado de Guatemala, Honduras y El Salvador, países con altos índices de violencia por pandillas como La Mara Salvatrucha y Barrio 18.
No son jaulas, son celdas
México fue uno de los países en alzar la voz cuando se dio a conocer el resultado de la radical “Tolerancia Cero”, una medida promovida por Trump que buscaba separar a los niños pequeños de sus padres cuando estos intentaban ingresar de forma ilegal a EU.
Las imágenes de pequeños encerrados en lo que parecen ser jaulas dentro de centros de detención a lo largo de los estados fronterizos enfureció a miles de ciudadanos estadounidenses y de todo el mundo, que pidieron el fin de una ley que califican como cruel e innecesaria.
En México, sin embargo, miles de niños son detenidos y llevados no a jaulas, pero sí a celdas de detención. Para algunos, sólo es cuestión de días antes de ser deportados, para otros, pueden pasar semanas antes de ser repatriados hasta sus países.
“Seguimos viendo a niños, niñas y adolescentes detenidos en estaciones migratorias. Y eso nos habla de la incongruencia del estado mexicano en su política interior y exterior”, señaló Irazu Gómez, coordinadora de incidencia y vinculación de Sin Fronteras, a Animal Político.
Gómez destaca que en México se creó una ley que estipula que los niños no pueden ser encerrados en estaciones que ahora, dice, funcionan como cárceles migratorias. En la realidad, denuncia, miles de menores son ingresados en estos centros.
Sin Fronteras, además, ha publicado durante años informes sobre violaciones a los derechos humanos al interior de estas estaciones migratorias del INM en México. Han denunciado la existencia de “calabozos de castigo”, agresiones, extorsiones, acoso sexual, mala atención médica, y pésimas condiciones de higiene que padecen los migrantes y especialmente los niños en estos centros.
Mientras tanto, no hace mucho, la Cancillería mexicana condenó ante la ONU la situación de los niños migrantes en EU, pero no ha logrado grandes avances en la problemática en casa, ni siquiera ha informado a detalle sobre los niños que México detiene y mantiene en las estaciones migratorias en la frontera sur.