López Obrador dio a conocer la semana pasada que el destino de la obra se decidirá con una consulta popular que se realizará en el mes de octubre.
No faltan temas polémicos en la agenda del presidente electo de México. La poco popular amnistía o la reforma educativa son dos claros ejemplos sobre los delicados temas en los que deberá trabajar, no sin riesgos, Andrés Manuel López Obrador.
Dentro de estos temas polémicos, no hay uno que provoqué respuestas más concisas de parte de la cúpula empresarial que la de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM).
La semana pasada, Obrador dio a conocer un dictamen sobre la obra y aseguró que hay sólo dos opciones: continuar con la obra en Texcoco o cancelarla, continuar operaciones en el actual aeropuerto de la Ciudad de México y habilitar la base de Santa Lucía como pistas alternas.
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El dictamen entregado por Obrador tampoco ha estado exento de polémica. Según la agencia Mitre, la operación simultanea del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y la base de Santa Lucía no es viable, sin embargo, el equipo que contrató AMLO para realizar el dictamen asegura que sí.
15 días
Al presentar el dictamen sobre el NAICM,. Obrador insistió en que el destino de la obra se decidirá con una consulta popular que se realizará en el mes de octubre.
Antes de que la consulta se lleve a cabo, el equipo de trabajo del presidente electo entregó el dictamen técnico sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) a un grupo de ingenieros nacionales, a quienes se les ha solicitado entregar una respuesta objetiva y verificables antes del 5 de septiembre.
Esto quiere decir que los ingenieros tendrán sólo 15 días para entregar sus conclusiones sobre los pros y los contras de continuar con las obras del nuevo aeropuerto en Texcoco.
Javier Jiménez Espriú, elegido por Obrador como el próximo secretario de Comunicaciones, fue el encargado de entregar el dictamen a los ingenieros mexicanos, durante un encuentro celebrado el día de ayer en el Palacio de Minería.
“Prolongar más la decisión aumentaría la incertidumbre y generaría gastos excesivos”, por lo que pidió a los ingenieros que la respuesta “esté lista la opinión en el plazo establecido para después llevarla a consulta con la población, en un ejercicio de democracia participativa”, aseguró Jiménez Espriú.
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