Chiapa de Corzo alberga una de las tradiciones más representativas de México, la Fiesta de los Parachicos, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Una de las celebraciones más importantes del estado de Chiapas es la Fiesta Grande, es decir, la fiesta de los Parachicos en Chiapa de Corzo. Esta tradición nace gracias una vieja anécdota sobre una señora acaudalada proveniente de Guatemala, María de Angulo. Se cuenta que esta mujer llegó a Chiapa de Corzo a mediados del Siglo XVIII buscando una cura para su hijo que no podía caminar. En este lugar, un médico tradicional logró sanarlo y, en agradecimiento, María Angulo decidió hacer una fiesta en honor al Santo Patrono.
Aunque los parachicos (bailarines con máscaras lisas o barbadas hechas de madera de cedro) comienzan a danzar el día 15 de enero, el día 8 los chuntá (hombres vestidos y maquillados como mujeres) recorren el pueblo repartiendo comida y bebida tradcionales de la región.
Las danzas de los Parachicos son un tributo a todos los santos que hay en el pueblo, pues recorren cada una de las iglesias guiados por un “patrón”, el guía de todos los parachicos.
Ya que el parachico surge a partir de la idea de un bufón que hace reír o que se burla del español, su vestimenta es sumamente colorida. Además de portar una máscara, tocados con moteras, vestidos con sarapes, chalecos bordados y cintas de colores, los bailarines llevan consigo una sonaja llamada “chinchin” con la que acompañan a los músicos.
Desde 2009, la La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró la fiesta de los Parachicos de Chiapa de Corzo, Chiapas, como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Este año, la Fiesta Grande terminará el 23 de enero.
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