El enojo es una emoción natural que todos tenemos, lo que no es natural, son las reacciones que surgen de él. Aprender a controlar la ira es fundamental para tu salud mental.
Ciudad de México.- El Sistema Nacional de Apoyo Consejo Psicológico e Intervención en Crisis por Teléfono (SAPTEL) declara que los índices de suicidio se elevaron en un 33 por ciento -una cifra considerablemente alta considerando el promedio de 16 por ciento que se mantuvo por años- y los estudios demostraron que además de la depresión, el enojo severo crónico fue uno de los factores más apremiantes.
De acuerdo con Federico Puente, fundador de SAPTEL, “las personas carecen de herramientas para planear su vida, así como para saber negociar con sus interlocutores y de esta forma obtener estabilidad o armonía”.
El enojo es una emoción que todos los humanos compartimos, por ello, no existe nada malo en experimentarlo. Sin embargo, asociamos el sentirnos enojados con el ímpetu de desahogarnos y al hacer esto, corremos el riesgo de dañarnos a nosotros mismos -y dañar a otros-.
En ocasiones las personas piensan que al lanzar fuera de sí mismos su enojo a través de la venganza, los gritos o los golpes y dirigirlo hacia aquellas personas que los insultaron o hirieron, logrará descargar todas las sensaciones negativas. Pero la ira no funciona de esta forma, por lo general expulsar el enojo sirve igual que prender un poco de fuego a una cama de hojas secas.
Por ejemplo, gritarle a alguien ciertamente logrará descargar un poco de ira, pero al mismo tiempo, incrementa los pensamientos negativos. También, provocará un efecto dominó que traerá lo peor de nuestro receptor, quien comenzara a activar tácticas defensivas y agresivas para responder a nuestro enojo, lo que solo logrará expandir el ciclo de ira.
No obstante, existen habilidades que se pueden desarrollar para ayudarte a manejar tu ira. Si el enojo a menudo se lleva lo mejor de ti, la psicóloga y especialista en autoayuda Becker Pheps sugiere cuatro simples pasos para trabajar con la ira.
Como cualquier otra actividad es mejor practicar esto cuando no nos encontremos bajo la presión de necesitar dicha habilidad en ese preciso momento.
¿En qué consiste el sistema de cuatro pasos para reducir tu ira?
Las herramientas que serán tus aliadas en el camino para aprender a controlar tu enojo son:
Actividad
Ejercitarse regularmente, y hacerlo incluso en el momento justo en que comience a surgir el enojo, es altamente recomendable, pues ayuda a liberar tensión y a producir endorfinas que te mantendrán calmado durante mucho más tiempo. Si no cuentas aún con alguna rutina de ejercicio, es necesario explorar diferentes tipos de actividad para encontrar la que más disfrutes.
Respirar
La respiración profunda o diafragmática puede ser de gran ayuda para calmar y reducir la ansiedad. Se recomienda respirar despacio, tomando pausas al final de cada inhalación y exhalación, para lograr que el estómago se infle como un pequeño globo, mientras que el pecho no se expande. Si esto resulta difícil, intenta recostarte sobre tu espalda con las rodillas pegadas al pecho y los talones rectos. También sirve poner tu mano sobre tu estómago para sentir la inhalación.
Actividades relajantes
Encontrar un hobby o una actividad que disfrutes y puedas comprometerte con tu atención absoluta, ayudará a mejorar tu capacidad de enfoque. Por ejemplo, la jardinería, yoga, pintar o tocar música, son actividades que nos permiten canalizar nuestros problemas.
Entendimiento Profundo
De ti mismo y de las otras personas. Esto puede ser extremadamente conveniente para mantenerse atento a los hechos que nos alteran. Al comprender completamente esto, es posible retroceder un paso y ver lo que en realidad está pasando, así, no quedarás atrapado por el enojo y podrás escoger responder de forma diferente.
También puede ser de ayuda para entender lo que dispara tu enojo y la perspectiva de la persona o hecho que te está haciendo enojar. Cada individuo suele creer que sus acciones son validas, cuando entiendes su perspectiva (aun si desacuerdas con ella) puedes ser capaz de atenuar tu propio enojo y responder de una forma que logrará calmar el de otros.
Al usar estas herramientas es posible manejar e incluso reducir la ira. Después, si la razón por la cual comenzaste a enojarte aún necesita ser atendida, puedes hacerlo con la mente tranquila. La sensación de enojo se mantendrá ahí como parte de tu reacción a ciertas situaciones, pero serás más capaz de controlar la forma en que reaccionas ante él.
Por Diana Caballero.