Usados por todos, notados por casi ninguno… los mecanismos de defensa están aquí para quedarse -con suerte no demasiado tiempo- ¿cuál es el tuyo?
Ciudad de México.- Los mecanismos de defensa fungen como el mediador entre lo que deseamos hacer y lo que tenemos permitido hacer. Son el medio perfecto para mantenernos funcionando en la realidad y nos dan la opción de parecer un poco más normales de lo que en realidad somos.
Los mecanismos de defensa se dividen en primarios y secundarios, siento los segundos la forma más elaborada de reducción de la ansiedad que nuestro aparato psíquico puede encontrar y son:
Represión
La esencia de este mecanismo radica en el olvido y la omisión voluntaria de un evento después de haber tomado consciencia de este para evitar sus perturbadoras consecuencias. Puede aplicarse a una experiencia total o a fragmentos de la misma.
Regresión
El individuo volverá a su funcionamiento más antiguo, es decir, al más infantil para evitar el conflicto o el esfuerzo creado por el crecimiento y el cambio.
Aislameinto
También conocido como anestesia psíquica, consiste en la separación total de los afectos y los pensamientos. Aun cuando se puede pensar o tomar consciencia de algo la persona mantendrá su significado emocional aislado para no perturbarse. Su uso excesivo conlleva la sobrevaloración del pensamiento y la razón al tiempo que se infravalora el sentimiento y la emoción.
Intelectualización
Forma de aislamiento que reconoce que existen los afectos pero no los siente, aún cuando son relativamente aceptables para el individuo, su expresión resulta prohibida.
Racionalización
Consiste en encontrar razones que justifiquen los actos que el sujeto vive como conflictos, permitiendole así aceptar las cosas con un mínimo de resentimiento.
Compartimentalización
El individuo mantiene dos racionalizaciones, planteamientos o situaciones que son contrarios entre sí como archivos individuales, y no relacionados, dentro de su mente evitando con esto la disyuntiva de elegir o confrontarlos.
Anulación
Consiste en el esfuerzo inconsciente de compensar alguna emoción dolorosa -culpa o vergüenza- con comportamientos que lo ‘borraran mágicamente’. Un individuo que desea dañar a otra persona -o siente que lo esta haciendo- puede intentar compensarlo tratandolo excesivamente bien de manera compulsiva.
Volver contra sí mismo
Redirigir hacia uno aquellas emociones que estaban dirigidas a otros, puede resultarle al individuo más llevadero volver contra sí mismo la crítica y la rabia que le produce una situación.
Desplazamiento
Es la redirección de una emoción o impulso desde su objeto natural a otro pues la primera opción nos resulta demasiado angustiosa. Permite que exista una descarga hacia una dirección que consideramos menos peligrosa a la original o bien permitida socialmente.
Sexualización
Es una manera de transformar una experiencia de terror o dolor en excitacion placentera; el miedo o el abandono suelen ser sexualizados para ser sentidos como experiencias gratificantes. No es infrecuente que los individuos sexualicen ciertas áreas complejas de la vida como dependencia o agresion para que sean más llevaderos.
Sublimación
Consiste en encontrar una satisfacción derivada -y adaptativa- de aquellos impulsos que se encuentran dentro de la persona y que no pueden ser expresados por prohibiciones sociales. Por ejemplo, un cirujano podría estar sublimando su agresividad, un artista sublimaría su exhibicionismo, etc.