El hígado ¿un asesino silencioso?

No puedes notarlo hasta que es ya demasiado tarde, la falla hepática es sumamente peligroso ¿para qué nos sirve el hígado?

Ciudad de México.- Los médicos catalogan al hígado como uno de esos órganos que pasan desapercibidos hasta que su fallo genera una serie de monumentales desajustes en el resto del cuerpo; cuando existe fallo hepático no suele ser detectado hasta que se encuentra en etapas muy graves.

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La hepatitis C -enfermedad viral- mata a un aproximado de 500 mil personas en el mundo cada año, de acuerdo con las cifras de la Organización Mundial de la Salud, y la mitad de ellas pertenecen al territorio americano, de hecho, los países de bajos ingresos son los que más presentan la enfermedad. Además de ésta, entre las enfermedades del hígado más comunes que existen se encuentra: el cáncer de hígado, fallo hepático y cirrosis.

El hígado interviene en la función digestiva, segrega bilis, almacena sustancias nutrientes, elimina sustancias tóxicas y sintetiza enzimas, proteínas y glucosa; de modo que, si en algún momento llegas a sentirte cansado al extremo, tienes molestia en las costillas o comienzas a perder el apetito… ¡cuidado!, podrían ser señales de hígado graso e inicios de una enfermedad más severa.

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De acuerdo con el Doctor Hugo Vargas -especialista en trasplantes de hígado para Mayo Clinic- el tratamiento al virus C es posible y existe una cura real, no como anteriormente. Aún así, muchos son los factores que alteran la efectividad del tratamiento o sus posibles complicaciones y entre ellas destacan: la edad del paciente, si existe hígado graso y el uso del alcohol.

A pesar de que ésta es una enfermedad grave, no resulta contagiosa a menos que exista contacto directo con la sangre. Una persona que vive con hepatitis C aún puede tener contacto con su familia, comer del mismo plato, usar el mismo baño e incluso, solo mantiene un 4% de probabilidades de contagiar a su pareja sexual.

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Los tratamientos en la actualidad aseguran la cura para estos pacientes, en casos más severos, los trasplantes hepáticos son la mejor opción pero también resultan una sumamente costosa -y poco practicada en México- la gran ventaja del tratamiento es que sólo dura de 12 a 13 semanas y puede evitar que la infección se distribuya hacia otras partes del cuerpo.

¿Cómo se cuando mi cuerpo presenta fallo hepático?

Los síntomas observables de esta enfermedad consisten en la coloración de la piel y los ojos, que tornan hacia una tonalidad amarillenta, y se conoce como ictericia. Otros menos notables, explica el experto, consisten en la disminución de la masa del hígado -ésto respondería a una cirrosis-, otras manifestaciones pueden incluir sangrado esofágico debido a varices en el esófago o en el estomago; además de ascitis o desarrollo de fluidos en el abdomen que generan un agrandamiento del torax e infecciones secundarias.

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¿Cuáles son los mejores cuidados preventivos?

De acuerdo con Vargas lo más fundamental es cuidar nuestro consumo de alcohol -el cuál no resulta dañino a menos que se abuse de él- y llevar una alimentación libre de grasas. Además es importante evitar drogas de prescripción -no consumir medicamento a menos que sea necesario- y drogas inyectables que además de infectarnos de virus C pueden hacerlo con virus H.

Consumir alimentos ricos en fibra contribuye al buen funcionamiento de nuestro hígado, también funciona consumir fitonutrientes -que nos permiten depurar nuestro hígado de toxinas y elementos nocivos- éstos los podemos encontrar en verduras amargas como: rúcula, brócoli, cardos, coles de Bruselas, alcachofas, lechuga, pepino, berros o mostaza.

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