¡¡¡Qué comiencen los Juegos de Río de Janeiro!!!

Brasil dará su mejor cara para la inauguración en el estadio Maracaná de su edición XXXI.

Río de Janeiro, Brasil.- Hoy las naciones de todo mundo mandan a sus mejores atletas a competir por el oro, plata y bronce, y ser los galardonados durante los eventos de los juegos olímpicos.

A lo largo de la historia, los juegos olímpicos han simbolizado el deseo de la humanidad de superar las limitaciones humanas y alcanzar las grandezas.

Cuando el siglo XX llegó a su fin, llegaron nuevos cambios como la industrialización, con nuevos descubrimientos científicos y bajo los auspicios del capitalismo industrial, los lazos entre los intereses político y económico se estrecharon, ante esto el deporte toma un papel decisivo en la nueva era.

En 1896, los juegos olímpicos en Atenas fueron un éxito, más de 15 mil asistentes se dieron cita en el estadio de Atenas, dándole un nuevo giro al deporte.

El barón Pierre de Coubertin, fue el pionero y padre de los actuales juegos olímpicos, ya que fundo la identidad e ideología de los juegos olímpicos, intentando convencer a todos, viajó por todo el mundo hablando de paz, comprensión entre los hombres y de unión, mezclándolo todo con la palabra Deporte.

Los primeros modernos juegos olímpicos se celebraron en Atenas en 1894, en la cual participaron 14 naciones en 9 pruebas deportivas, participando 240 atletas en los cuales no había ninguna mujer.

Los juegos a celebrarse en Río de Janeiro son totalmente diferentes, ya que se encuentra en un entorno, espacio y problemas que el mundo y la sociedad lleva a cabo, sin embargo se sigue respetando el objetivo primordial, que es  demostrar el poder político, económico por medio de un evento deportivo.

La ceremonia de apertura  recorrerá la historia del país y mandará un mensaje al mundo sobre el cuidado del medio ambiente.

 Los brasileños han demostrado que no son muy buenos guardando secretos y los detalles y rumores de la que debería ser la mayor sorpresa de estos Juegos Olímpicos salpican hace días las páginas de los periódicos locales.

Dichos medios especulan que si habrá un símbolo gigante de la paz, que si la modelo Giselle Bündchen sufrirá un asalto, que si un prototipo de un avión de 1906 sobrevolará el estadio del Maracaná, que si Pelé o el tenista Guga Kuerten encenderán el pebetero.

A pesar de la indiscreción de quien ha visto los ensayos y que ha obligado a los organizadores a hacer cambios de última hora, Brasil promete sorpresas y la ceremonia de apertura más genial de la historia reciente de los Juegos.

“Atenas fue clásica, Pekín tuvo músculo, Londres fue inteligente y la nuestra va a ser cool”, explicó el cineasta Fernando Meirelles, director creativo del espectáculo.”

Es sin duda el espectáculo más cool en el que he trabajado”, insistió también Marco Balich, que participó en las ceremonias de Sochi y Londres.

La historia que Brasil quiere contar tiene mucho que ver con su historia de colonia, su música cantarán Caetano Veloso, Gilberto Gil y Elza Soares, su diversidad, su carácter alegre y su naturaleza.

Los organizadores tocarán durante toda la ceremonia con la intención de que el mensaje llegue a las tres mil millones de personas que verán el espectáculo en sus televisores: dejar de jugar con el medio ambiente. “Otros países conciben sus ceremonias mirándose el ombligo, pero nosotros estamos aquí para dar un recado al mundo. Un mensaje para el futuro”, explicó Meirelles, director de la película Ciudad de Dios, que retrata la vida en una favela carioca.

Los abucheos contra el presidente en funciones Michel Temer se dan por descontados. La prensa local ha revelado que los organizadores aunque ellos lo niegan, intentarán disimular los posibles gritos del público aumentando el volumen de la música tras la intervención de diez segundos en la que Temer declarará inaugurados los Juegos.

Hasta el posible beneficio a largo plazo de las olimpiadas ya no parece tan evidente. La imagen del país está muy deteriorada. Las agencias de calificación de riesgo crediticio, como Moody’s y Fitch Ratings, han rebajado la nota de Brasil a la categoría especulativa o de “bono basura”.

La prensa internacional ha estado pendiente de los escándalos de la trama de corrupción de la petrolera estatal brasileña Petrobras.

Lo que convence a un turista o a un inversionista de venir al país no son unos Juegos Olímpicos bien organizados, sino un ambiente político, institucional, económico y social favorable y seguro.

Eso es justamente lo que Brasil hoy no tiene y no va a cambiar con 2 semanas de competencias deportivas.

Más allá de la difusión de los valores olímpicos de excelencia, solidaridad, respeto y juego limpio, lo que las olimpiadas representan son una oportunidad de inclusión social y ejercicio de la ciudadanía para miles de jóvenes vulnerables.

Brasil es un país joven con 65 millones de personas de 18 años o menos y 34 millones con edades de entre 15 y 24 años. Gran parte de este grupo no va a la escuela, no tiene empleo y carece de una formación profesional.

El acceso al deporte, a la cultura y a un entrenamiento profesional puede darles un medio de generar ingresos y prosperar en un ambiente más sano.

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