Los impuestos fronterizos de trump incrementarían el precio de los autos importados en 3 mil 300 dólares por vehículo, costo que sería cubierto por el consumidor y bajaría la utilidad de las empresas.
Estados Unidos – La iniciativa sugeridas por el presidente Donald Trump de imponer impuestos a las importaciones de México, resultarían contraproducentes para las automotrices estadounidenses, eliminando sus utilidades.
De acuerdo a un estudio realizado por la consultoría Roland Berger, los impuestos a las importaciones a Estados Unidos, que en el caso de la frontera con México podrían ser de entre el 20 y 30 por ciento; obligarían a las empresas automotrices a soportar costos adicionales y reducir sus utilidades; causando un efecto completamente contrario al estimado por el gobierno de Trump.
El reporte presentado en la ciudad de Detroit y Berlín destaca que los consumidores estadounidenses será los más afectados al tener que absorber los costos adicionales, mientras que los fabricantes del sector automotriz verán afectaciones graves en sus ganancias por las reducciones inminentes en sus ventas.
“Para los fabricantes de automóviles, el resultado más probable será la presión intensa del margen y la reducción de las ventas de vehículos, posiblemente resultando en más pérdidas de empleo”, expresó Wolfgang Bernhart, socio de Roland Berger, en una declaración emitida con el análisis.
Según analistas, el costo que los consumidores deberán soportar por el impuesto fronterizo propuesto por Trump, incrementaría el precio de los autos en tres mil 300 dólares por vehículo importado y los fabricados en Estados Unidos registrarían una variación a la alza de 1 mil 500 dólares en su costo final.
Para los autos importados desde China, el costo aumentaría dos mil dólares; mientras que los modelos europeos experimentarían un alza de cinco mil 300 dólares.
“Los costos de fabricación añadidos convertirían el mercado estadunidense en un generador de pérdidas para casi todos los fabricantes de equipo original (del sector automotriz)”, explicó Bernhart.
El incremento excesivo en el precio de los autos en Estados Unidos tendría un efecto directo en la demanda del mercado interno, lo cual se vería directamente reflejado en las utilidades de las automotrices. “Estas pérdidas de utilidad no serían contrarrestadas al trasladar la producción desde el extranjero a Estados Unidos debido a los costos de reconstrucción de las capacidades y a que la manufactura de automóviles pequeños y medianos, indicó el documento, por lo cual “ya no es económicamente viable en este país”.
En cuanto a la pérdida de empleos, el documento citado por Detroit Free Press resalta que la pérdida de empleos de la industria automotriz en Estados Unidos antes de la recesión (600 mil puestos eliminados entre 2000 y 2009) tiene poco que ver con México, donde en ese periodo se crearon sólo cerca de 100 mil empleos del sector automotriz.
“La propuesta de impuestos fronterizos no va a cambiar nada al respecto. Al contrario: se acumulan los costos adicionales para las empresas y los consumidores de Estados Unidos. El resultado será menores ventas de vehículos y menos puestos de trabajo en la industria automotriz local”, enfatizó Bernhart.