En su peor momento, en medio de protestas y enfrentando una fuerte crisis económica, Dilma Rousseff recibe la visita de la canciller alemana Angela Merkel, en miras de avanzar en importantes acuerdos bilaterales.
Brasil (elsemanario.com).- En una visita relámpago, la canciller alemana Angela Merkel llegó a Brasil este miércoles para avanzar en las negociaciones de diversos acuerdos, pero también para arropar a la presidenta Dilma Rousseff, quien enfrenta una duras críticas debido a la crisis política, económica y social en su país.
Merkel arribó, acompañada por un grupo de 12 ministros y viceministros, para avanzar en las negociaciones de acuerdos bilaterales en áreas como ciencia, tecnología, medio ambiente y sobre seguridad cibernética, un tema que ha llegado a la Organización de Naciones Unidas (ONU) gracias a la presión de ambos Gobiernos.
El tema ambiental también será fundamental, pues ambas naciones prevén firmar un compromiso sobre el cambio climático, con miras a la 21ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco sobre el Cambio Climático (COP-21), que se celebrará en Francia a finales de este año.
Durante la visita, de apenas 24 horas de duración, se esperan avances substanciales en acuerdos bilaterales, en especial que se cierren proyectos medioambientales con un valor cercano a los 551 millones de euros, con enfoque especial a las energías renovables.
El gobierno alemán también espera que Brasil ofrezca garantías de protección jurídica para las mil 400 empresas germanas que trabajan en el país sudamericano, teniendo especial participación el sector automotriz.
Por parte de Brasil, la cúpula empresarial local tiene expectativas de que se avancen en las conversaciones sobre el acuerdo comercial entre Mercosur y Unión Europea. Mientras que el gobierno aprovechará para vender oportunidades de negocio, en especial, para despertar el interés de los alemanes en el plan de inversiones en infraestructura, anunciado en junio pasado.
Un punto que tienen en convergencia Merkel y Rousseff, además de ser consideradas como dos de las mujeres más poderosas e influyentes del planeta, es que ambas que fueron víctimas de espionaje por la Agencia de Seguridad de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés).
Una diferencia es que, por un lado, la canciller alemana supo cómo superar la crisis que enfrentó en su país al negociar con el Parlamento de su país el tercer rescate financiero para Grecia, aprobado este mismo miércoles. En tanto la presidenta brasileña aún no encuentra el rumbo para salir de las crisis que enfrenta. Recordemos que desde que inició su segundo periodo al frente de la nación amazónica ha ido perdiendo alianzas políticas, mismas que dejaron hasta último momento la aprobación de una reforma de austeridad, poco popular.
Además, Roussef enfrenta la peor crisis de Brasil en los últimos 20 años, este año tendrá un déficit de 2.01% de su PIB y, de acuerdo a analistas su recesión se extenderá gasta 2016 con una estimación de retroceso del 0.16%.
Por si no fuera suficiente, vive su peor nivel de aprobación en donde los brasileños han salido a las calles a exigir su renuncia, incluso piden juicio político contra la mandataria. Apenas hace una semana se reportaron protestas multitudinarias en todo Brasil en las que participaron alrededor de 800 mil personas.
Brasil es el principal socio comercial de Alemania en Latinoamérica. Las inversiones alemanas en el país sudamericano ascienden a 19 mil 400 millones de euro, mientras que las exportaciones en 2014 reportaron 11 mil 800 mde, en tanto, las importaciones fueron de 6 mil 600 millones.