A horas de que se anunciara el recorte de 10 ministerios en Brasil, la presidenta Dilma Rousseff admitió que la crisis económica que vive su país se mantendrá en 2016 y que aún no sabe cuáles serán las repercusiones por la situación actual de China.
Brasil (elsemanario.com).- Como respuesta a las presiones por la crisis económica que vive Brasil, el gobierno de Dilma Rousseff anunció este lunes la eliminación de diez ministerios, una medida que busca pasar de 39 a 29 ministros, con lo que planea recortar el gasto en funcionarios de alto nivel.
Además, indicó que recortará 22 mil puestos de empleados de confianza que trabajan en dependencias federales en todo el país. Estas acciones se suman al reforzamiento de su programa de reducción de gastos administrativos (transporte, agua, energía eléctrica, etcétera) y la venta de algunas propiedades del Estado.
“Nuestra primera directriz es una reducción en el número de ministerios. Una reducción de diez ministerios como referencia”, indicó el ministro de Planificación, Nelson Barbosa al hacer el anuncio oficial desde el Palacio de Planalto, sede del gobierno en Brasilia.
Con el anuncio, muchos ministros estarán dudosos de su permanencia en el gabinete de Rousseff pues, aún no está definida la lista de las dependencias que se eliminarán. Barbosa sostuvo que van a evaluar a todos los órganos involucrados, “tanto desde el punto de vista de la gestión, del funcionamiento de cada ministerio, de la superposición de áreas, como desde el punto de vista político, de la eficiencia de la implementación de las políticas públicas”.
El funcionario admitió que las medidas ayudarán a reducir el gasto en estos momentos de dificultades económicas, sin embargo, insistió en que la meta es lograr “un mejor funcionamiento y un aumento de la productividad del Gobierno”.
A pocas horas de que trascendiera el recorte de ministerios, Rousseff reconoció que la situación económica para su país “no será maravillosa” y que la crisis económica en el país se mantendrá el siguiente año, pero manifestó optimismo pues, espera que “la situación mejore en el futuro“.
En declaraciones a medios brasileños, retomadas por el diario argentino La Nación, la presidenta brasileña reconoció que no sabe el impacto que tendrá la situación de China, sin embargo, sostuvo que espera que el plan de ajuste fiscal ayudará a minimizar el impacto externo en la economía de su país.
El plan fiscal llega en momentos de presión. Este día se dio a conocer que la tasa de desempleo en Brasil subió al 8.3 % en el segundo trimestre, un aumento del 23.5% respecto al mismo período de 2014 y del 5.3 % frente al trimestre anterior.
Según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), el número de personas desocupadas fue de 8.4 millones, mientras que el número de personas ocupadas fue de 92.2 millones. Reflejo de esta tendencia es el reciente anuncio de la automotriz alemana Daimler de que planea eliminar mil 500 empleos adicionales en su planta de camiones en el país sudamericano.
Recordemos que Brasil –primera economía latinoamericana y séptima a nivel global– pasa por una crisis muy compleja. Los analistas consultados por su Banco Central (en julio pasado) proyectan para este año una contracción de su Producto Interno Bruto (PIB) del 2.5%, y para 2016 esperan que retroceda 0.24%. En tanto, prevén que la inflación supere los nueve puntos porcentuales.
Además, Rousseff vive su peor momento, con un nivel de aceptación por debajo del 10% y con exigencias de su renuncia en las calles. A principios de agosto, casi un millón de personas (según estimaciones de medios internacionales) le reclamaron el alejamiento del poder.