Sebastián Dávalos, hijo de la presidenta Michell Bachelet, declaró en el marco de la investigación por el caso Caval, habló sobre el formateo de su computadora y acusó un complot en su contra.
Santiago (elsemanario.com).- El hijo de la presidenta de Chile Michelle Bachelet y ex funcionario del gobierno Sebastián Dávalos, involucrado en un caso de cohecho por negocios inmobiliarios, alegó un plan orquestado por parte de funcionarios oficialistas para desviar la atención de otro caso de corrupción.
Dávalos declaró por tercera vez ante la fiscalía chilena por el caso Caval, relacionado por presunto uso de información privilegiada y tráfico de influencias en relación con un millonario negocio inmobiliario realizado por la empresa de su esposa, Natalia Compagnon, es socia.
[box type=”shadow” align=”aligncenter” ]El caso Caval se destapó en febrero pasado por la Fiscalía de Rancagua, al sur de Santiago, y su revuelo provocó que el hijo de la mandataria chilena renunciara a su cargo como director Sociocultural de la Presidencia.[/box]
Dávalos solicitó comparecer ante el tribunal que investiga el caso para atestiguar sobre el formateo de la computadora que estaba a su cargo antes de dejar el cargo para borrar toda información y, además, para acusar al ex ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo de orquestar el escándalo para encubrir otro caso de corrupción que lo implica junto a otros funcionarios oficialistas.
Su petición se dio a raíz de que trascendiera que un funcionario de la oficina de informática del Palacio de La Moneda reveló que Dávalos le pidió borrar información de la computadora que usaba.
Sobre la computadora, según refieren varios medios chilenos, el hijo de Bachelet sostuvo ante el fiscal Luis Toledo que solicitó “que borraran mi perfil de usuario y password, porque no quise exponerme a que fuera manipulado (…) pues tenía el temor fundado de que así podía ocurrir”.
A decir de Dávalos, pidió que borraran su información por temor a fuera manipulado por los cercanos a Peñailillo, a quien le acusa que tenía “una fuerte reacción adversa” contra él a raíz de su nombramiento en el Palacio de La Moneda.
Agregó que “todo esto (el caso Caval) vino a agravar aún más la conflictiva y distante relación que yo tenía con el ex ministro del Interior, Peñailillo, dado que yo no seguía sus líneas políticas”. Indicó que se negó a introducir en cargos a personas cercanas al ex ministro, de quien dijo, su intención es “llegar a ser presidente algún día”.
Esa mala relación habría hecho sospechar a Dávalos de un posible complot en su contra. Incluso acusó que Peñailillo no atendió el escándalo del caso Caval con la suficiente fuerza, por el contrario, sostuvo que al parecer su intención fue que se descontrolara.
[box type=”shadow” align=”aligncenter” ]El caso Caval investiga un negocio inmobiliario que trató la compra y posterior venta de unos terrenos en la región de O’Higgins, al sur de Santiago, que dejó a la empresa ganancias por unos 4.8 millones de dólares.[/box]
El hijo de la presidenta Bachelet acusa un complot orquestado por Peñailillo para distraer la atención del caso Soquimich, que investiga el financiamiento ilegal de campañas políticas en la que está implicado el exministro del Interior y otros funcionarios oficialistas.
Ante ese panorama, Mario Zumelzu, abogado de la fiscalía, dijo que pedirá que declaren. “La idea es contrastar los informes que entregó la policía sobre los peritajes realizados a la computadora de Dávalos Bachelet y su declaración”, afirmó tras la nueva declaración del hijo mayor de la presidenta chilena.
Los otros implicados en el caso Soquimich son el senador Guido Girardi, el exministro de Educación, Sergio Bitar y el embajador de Chile en Italia, Fernando Ayala, todos ellos figuras relevantes del oficialista Partido por la Democracia (PPD).
Se investiga el presunto financiamiento ilegal de campañas políticas de distintos partidos a través del pago de honorarios por servicios inexistentes, parte de la minera SQM controlada por Julio Ponce Lerou, exyerno de Augusto Pinochet.