China aplicará las reformas necesarias en su economía para hacer del mercado una fuerza “decisiva” en el desarrollo económico, dijo hoy el Partido Comunista al concluir el 18 plenario del Comité Central.
Hong Kong, martes 12 de Noviembre.- Cerrado a la prensa y celebrado en secretos en un hotel de la capital china, los 376 miembros del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) se habían congregado desde el sábado pasado para discutir sobre el proceso de reformas económicas y políticas para la segunda economía del planeta.
El plenario terminó este martes con la publicación de una serie de comunicados en los que China enfatiza el rol “decisivo” de las fuerzas del mercado en el progreso económico, lo que puede interpretarse como la voluntad de la nueva administración de abrir nuevos sectores económicos.
“El país trabajará para mejorar el sistema moderno de mercado, el sistema macro-regulatorio y abrir la economía”, indicó el comunicado, citado por la agencia oficial de noticias Xinhua.
El Comité admite la necesidad de “crear un mercado abierto y unificado con competencia”, aunque no explica cómo ni cuándo llevará a cabo estas iniciativas.
El comunicado final también reconoce la necesidad de reformas del sistema financiero, todavía muy controlado por el Estado, e insta a mejorar los sistemas presupuestario y fiscal del gigante asiático.
Asimismo, se menciona la necesidad de integrar a los ciudadanos rurales que viajan a la ciudad para conseguir su “participación en la modernización y mejores derechos de propiedad”.
Con especial mención, añadió el comunicado, a los campesinos, quienes según los expertos se han visto privados de parte de los beneficios del enriquecimiento del país por la falta de reformas correspondiente a la propiedad de la tierra, aún en manos del Estado.
Algunos expertos y observadores internacionales de China han evocado la posibilidad de que el presidente chino, Xi Jinping, utilizara este plenario para promover cambios drásticos en la economía china.
La modernización de la economía china pasa, según algunos expertos, por la liberalización de las telecomunicaciones, la banca o la energía, sectores que, entre otros, siguen controlados férreamente por las empresas estatales chinas y dirigidas por miembros del Partido Comunista.
Muchas de estas empresas tienen un funcionamiento poco rentable y arrastran una tradición burocrática de la época maoísta, lo que las hace poco competitivas, pero garantiza al Estado un control en sectores estratégicos que Pekín ha rechazado abrir completamente al capital extranjero por el momento.
Fuente Notimex