La salida y sustitución de Joel Ortega significaría un avance en la credibilidad y gestión de Miguel Ángel Mancera al frente del gobierno capitalino, producto de la estrategia para hacer frente al futuro que se avecina con la nueva Legislatura; sin embargo, no queda muy claro qué sucederá con el Metro capitalino.
Ciudad de México (elsemanario.com).- Los cambios en el gabinete que Miguel Ángel Mancera anunció el día de ayer, suponen una restructuración que pueda hacer frente al terreno político que derivó de la jornada electoral del siete de junio.
La mayoría predominante son asiduos perredistas de años atrás; a ellos se suman personajes cercanos a Mancera.
El caso de Jorge Gaviño no es la excepción, pues aunque perteneció al partido de ‘la maestra’ Elba Esther Gordillo , pudo hacer una alianza con el PRD en el DF para las elecciones pasadas.
Estamos en el @I_E_D_F para la firma de convenio entre #PRD_DF @raulflorescoy y @NuevaAlianzaDF @jorgegavino pic.twitter.com/zWh4dK4lMt
— PRD DF (@PRD_DF) enero 28, 2015
Ahora, como director del controvertido Metro capitalino, Gaviño anuncia que declina a esa diputación que ganó el pasado siete de junio, para poder enfocarse al 100 por ciento a este medio de transporte y a sus usuarios, prometiendo que en 15 días presentará un diagnóstico de la situación del Metro, además de un plan de trabajo.
Se ha comprometido a brindar una administración transparente y eficiente, para que la gente llegue a tiempo a sus destinos. Una propuesta interesante es la de que sus funcionarios y él mismo, se trasladarán en Metro constantemente para conocer necesidades y fallas de las líneas y así poder corregirlas de manera pronta.
Gaviño también fue parte de la comisión encargada de las irregularidades de la Línea 12 que finalmente la obligaron a cerrar. Es el sustituto de Joel Ortega, quien a su paso por la dirección del Metro se ganó la desaprobación de usuarios y trabajadores; el nuevo representante no la tiene fácil; es ir a contracorriente para ganarse la aceptación del usuario y del entorno.
Por su parte, tiene la aceptación de Fernando Espino, el líder sindical del Metro, quien habría señalado que la destitución de Ortega sería una sorpresa positiva y quien tuvo una clara confrontación con el exdirector del Sistema de Transporte, culpándolo directamente de los incidentes de la estación Oceanía y de que los convoyes e instalaciones funcionen deficientemente, por la falta de mantenimiento; además de culparlo directamente por la muerte de Salvador Wood Sánchez, aquel trabajador que cayó y se golpeó la cabeza en las maniobras de desplazamiento de uno de los trenes afectados.
Gaviño llega con la encomienda de transformar muchos años de aparentes irregularidades en aspectos positivos para la ciudadanía y el gobierno. Ante la opinión pública, el ahora director del Metro supuestamente apoyará a resolver un problema grave del transporte capitalino, pero también arrastra problemas pendientes que no han sido atendidos en diversas administraciones que siguen afectando a la sociedad sin clara solución. ¿Qué pasará con el Metro capitalino? ¿Que pasará con la línea doce con esta nueva administración?
Por Alberto Cedeño.