El día de ayer, el Museo Franz Mayer fue testigo un foro que reunió una cantidad notable de expertos sobre distintos temas que nos afectan a todos; testimonios de vecinos también conformaron el debate, siendo esenciales para entender la verdadera problemática y necesidades, en los que la participación ciudadana, jugará un papel esencial.
Ciudad de México (elsemanario.com).- El día de ayer, ciudadanos y distintas personalidades del escenario político capitalino se reunieron en torno a una problemática común; el caos que actualmente impera en la ciudad. En un foro, organizado en el Museo Franz Mayer, las voces fueron expresadas alrededor de un eje: pedirles a los legisladores y autoridades del DF la implementación de políticas que, por fin, desenreden lo enredado del panorama cotidiano de la ciudad.
Se dieron cita una cantidad notable de expertos sobre distintos temas que nos afectan a todos; testimonios de vecinos también conformaron el debate, siendo esenciales para entender la verdadera problemática y necesidades. El foro estuvo dividido así:
• Deficiencias en la planeación urbana.
• Uso de suelo y corrupción.
• Afectaciones a inmuebles históricos, áreas verdes (muy presente en la gris actualidad de nuestro Distrito Federal).
• Falta de información.
• Privatización de espacios de convivencia social y nula o poca participación ciudadana.
Dentro y fuera del auditorio principal del Franz Mayer, los asistentes, fuimos testigos y cómplices de un curioso fenómeno, casi extinto, dentro de las actuales dinámicas sociales: la mezcla de opiniones diversas. Por un momento parecía una pequeña plaza en donde los vecinos de una colonia cualquiera platicaban de sus problemas con los vecinos de la otra; se mezclaron también, perfiles socioeconómicos distintos, posturas distantes, todos con el mismo objetivo: contribuir.
Es la magia de dos conceptos entrelazados: el de ciudadanía y el de Participación Ciudadana; tan ambiguos y utilizables en momentos como este. Y es que, al parecer, una de las armas infalibles para acabar con los problemas presentados, es, sin duda, la participación ciudadana. En este caso, no la formal o institucionalizada, sino la que se nutre sin la vigilancia del gobierno o de instituciones específicas. ¿Por qué?
La participación ciudadana en el DF se ha visto trastocada a través de la historia por el clientelismo y otros vicios que pareciera que se quedaron atrapados con los primeros brotes de una cooperación insípida. Sin embargo, con distintas reformas (en la cual la más importante supuso que los habitantes pudieran elegir al Jefe de Gobierno) y una primer Ley de Participación Ciudadana del Distrito Federal en el lejano 1996, la participación ciudadana parecía encarrerarse para el bien de todos los habitantes de la ciudad de México.
Al parecer no ha sido suficiente. La participación institucionalizada se ha quedado atrapada en el papel y en la práctica llevando a gran parte de la ciudadanía a volverse apática e incrédula. La corrupción que se llega a presentar en ella, triste o afortunadamente, no es secreto para nadie, y esto, por supuesto, nulifica cualquier tipo de ejercicio a favor de la comunidad y bloquea el “único mecanismo” que tienen los ciudadanos para hacer escuchar su voz. Al menos, desde esta veta.
Es por ello que este particular grupo de ciudadanos buscaron insertarse de otra manera, logrando presentarse ante los demás agentes de la sociedad, con ayuda de los medios, y así exponer las inconformidades provocadas por la toma de decisiones del Gobierno del Distrito Federal, en lo que tiene que ver con: vivienda, autorización para nuevos predios, movilidad, seguridad, deteniéndose a analizar y discutir cómo las próximas megaobras -Deprimido de Mixcoac, Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y Corredor Chapultepec- afectarán nuestro entorno y salud.
Pareciera que el gobierno no es nuestro amigo…
Las palabras anteriores son conclusión de una de las ponencias del día de ayer; en general, es una idea bastante generalizada si tomáramos a todos los reunidos en el foro como muestra poblacional, ya que justamente algunos iban representando a sus distintas colonias u organizaciones.
Entre otras cosas, este ambiente permitió la discusión del ciudadano ante algunas figuras que le han afectado, dejando claro que al ciudadano le inquieta no participar en la toma de decisiones y que, en muchas ocasiones le parecen unilaterales.
El foro es resultado de un vacío y de un inexistente vínculo entre gobierno y ciudadanos, palabras de Ignacio Cabrera, arquitecto y moderador participante de una de las mesas, quien en entrevista para EL SEMANARIO mencionó que “si hubiera realmente una relación gobierno-ciudadano, fluida, no hubiera necesidad de estos foros”. Su testimonio es, claro ejemplo del malestar de los capitalinos, que no sienten un vínculo real con su gobierno y entonces, perciben o se quedan con la impresión de la existencia de acuerdos secretos para beneficiar distintas zonas o sectores.
Otros problemas que fueron remarcados son: pérdida de áreas verdes, que la ciudad está a punto de colapsar, que los recursos “propios” de la ciudad se agotan de manera que tenemos que traer de otro lado y un largo etcétera.
“La intención de este foro era básicamente que los ciudadanos le expusiéramos a los nuevos legisladores (…) nuestra problemática, nuestra visión”. Así lo refirió el Premio Nacional de la Juventud, al tiempo que aseguró que, al gobierno “hermético” no le gusta que le digan cómo hacer las cosas. El biólogo Fernando Córdova Tapia también fue el encargado de mencionar “que la sociedad está más organizada, que somos profesionales, que tenemos el conocimiento, que cada vez somos más (…) más organizados”, esto con el objetivo de intentar establecer que, cualquier decisión tiene que ser consensuada.
Esta reunión ciudadana resaltó los problemas cotidianos que ahí están, diario, pero que a veces toleramos sin hacer nada: porque los canales se cierran, porque nuestras voces no se escuchan. Y es que, quién más qué el propio ciudadano para mostrar los problemas que a diario le afectan.
Las personalidades asistentes…
Estuvieron presentes representantes de algunas de las corrientes políticas en la ciudad, destacando Xóchitl Gálvez, próxima delegada de Miguel Hidalgo y Mauricio López, presidente del PRI capitalino.
La próxima gobernante de Miguel Hidalgo habría simpatizado con este foro de expresiones por la importancia que representa que los vecinos alcen su voz en contra de las malas decisiones y las corruptelas en las entrañas de cada delegación.
Por su parte, el dirigente del PRI capitalino expresó que los ciudadanos piden un equilibrio; están a favor de las obras de la obra publica pero siempre apegados a la ley.
“Los Diputados del PRI están trabajado en ello”, dijo afuera del auditorio donde se desarrollaron las mesas de trabajo. El representante del PRI del DF considera, además, que “se tiene que recuperar la confianza de los vecinos a partir de hechos”, por lo que
“Venimos a este foro a escuchar a los ciudadanos y a partir de ello asumir compromiso después del análisis de la información que tomemos”.
¿Y esta vez sucederá así? Es decir, la vinculación entre ciudadanía y legisladores, por ejemplo, ¿podrá hacerse valer más arriba en los peldaños del GDF?
Es inevitable pensar y concluir, que en efecto, la ciudad de México necesita cambiar de aires; no hablamos simplemente de quién gobierne sino de cómo lo haga. Como sabemos, Morena ganó la mayoría para el próximo periodo de la Asamblea Legislativa del DF; por su parte, tenemos las declaraciones de otras dos oposiciones al partido de gobierno local, que desde ya están presentando cambios y propuestas para desbrozar lo que consideran malas decisiones; cualquiera de estos agentes, ¿está a la altura de la demanda ciudadana?
Y más importante: este tipo de participación que curiosamente se vuelve a poner sobre la mesa en estos momentos, ¿tiene un alcance más allá de lo simbólico y discursivo? Es decir, ¿va más allá de la conformación de una comunidad estética, paulatina, que en algún momento desaparecerá o realmente se conforma como la solidificación de este tipo de participación?