Cada goma de mascar adherida al piso conserva hasta diez mil bacterias y hongos como el estafilococo y gérmenes causantes de la salmonelosis.
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Ciudad de México.- Con el fin de evitar riesgos a la salud, el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro exhortó a la población por medio de un comunicado, a no arrojar goma de mascar en lugares públicos.
En el mismo documento, anunció que, en 2012, el departamento de Bioquímica del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (Cinvestav) determinó mediante estudios, que cada chicle depositado en el espacio público conserva hasta diez mil bacterias y hongos, por ejemplo: el estafilococo o los gérmenes causantes de la salmonelosis.
Victor Calderón Salinas especialista del Cinvestav indicó, “cada chicle masticado y arrojado a la vía pública es un foco de contaminación, ya que contiene los microorganismos que tiene la propia persona que lo masticó, es decir, si ésta padece tuberculosis, salmonelosis o un estafilococo, al desecharlo en el piso esas bacterias se esparcirán en el aire, asimismo será un acumulador del polvo, la tierra y la inmundicia de la ciudad”.
[box type=”shadow” ]Para hacer frente a este problema, el equipo de la Autoridad del Centro Histórico retiró en 2011, 150 mil gomas de mascar; en 2012, 82 mil 475; en 2013, 72 mil 488 unidades.[/box]
El problema de los chicles adheridos en el piso
Además del problema de salud pública, la goma de mascar adherida en el piso tiene otros alcances ya que los chicles ensucian los pavimentos y bloquean el paso a los ciudadanos.
Actualmente retirar un chicle adherido al piso, cuesta cinco veces más que el precio de cada pieza en establecimientos. Autoridades capitalinas animan a modificar el mal hábito conservando la envoltura del chicle y reutilizarla cuando se desee desechar la goma de mascar.
Por su parte, la Autoridad del Centro Histórico indicó que con estas sugerencias pretende que el cuidado cuide la imagen e infraestructura pública, además de fomentar entre los capitalinos una actitud responsable sobre el cuidado del espacio público. Explicó que estas acciones ayudan a que se cumpla el Decálogo del Comportamiento Ciudadano para así, revalorar el espacio público y animar la cultura cívica.
Según reportes, las brigadas para retirar los chicles utilizan sistemas de alta tecnología (holandesa-alemana), los equipos funcionan con vapor de agua a una temperatura de 90 grados Celsius y un líquido químico que rompen los enlaces de los componentes entre los que destacan elastómeros, parafina, colorante y saborizante artificial.
A través de brigadas de limpieza, el gobierno de la Ciudad de México limpia dos veces a la semana la calle de Madero con líquido desengrasante y máquinas que liberan agua a presión con temperatura de 80 grados Celsius. La frecuencia de la limpieza es mayor en los cruces de Palma, Isabel la Católica y Bolívar, donde los camiones recolectores de basura realizan maniobras.