Si existe un alma, éste músculo definitivamente tienen la guía para alcanzarla ¿qué tan conectado estas con la tuya?
De acuerdo con las creencias tibetanas, dentro de nosotros emerge un músculo formado de tejido bio inteligente, un órgano capaz de percibir -como la lengua, por ejemplo- y que va mucho más allá de una función meramente anatómica.
El psoas o el músculo del alma se encuentra ubicado justo debajo del tórax y llega hasta la pierna. Es el encargado de mantenernos en equilibrio, comunicarse directamente con el sistema nervioso central, darnos movilidad y permitir que los órganos del abdomen funcionen correctamente. 
Se dice que este músculo es el núcleo constitutivo de la persona ya que es parte de la línea media embrionaria y por ello representa el deseo de vida y expansión. Muchas culturas no creen en reducir al psoas a un simple flexor de la cadera, en cambio, apuntan a entender este poderoso tejido inteligente como una fuente sensorial de energía.
Se piensa en el músculo del alma como una conexión ininterrumpida entre el yo, la tierra y el cosmos debido a que el psoas tiene la capacidad para traducir la energía de la línea media de tu cuerpo hacia abajo -a través de las piernas y los pies- y hacia la tierra. Al mismo tiempo, estos flujos gravitacionales, el rebote que regresa la tierra hacia tu cuerpo, fluye hacia arriba de las columna vertebral -logrando energizar tu cuerpo, facilitar el movimiento y la expresión-.
Este músculo se encuentra conectado a las emociones -debido a su estrecha relación con el Sistema Nervioso Central- y puede verse altamente afectado por el estrés y la tensión. El psoas, de hecho, reacciona ante eventos desagradables, frustrantes o de alta tensión y comienza a acortarse o endurecerse dando lugar a dolores de espalda, ciáticas, degeneración de la cadera o incluso menstruaciones dolorosas.
Está tan íntimamente involucrado en las reacciones físicas y emocionales básicas, que cuando se tensa de forma crónica, está enviando al cuerpo continuas señales de peligro, por lo que puede repercutir en el agotamiento de las glándulas suprarrenales y del sistema inmunológico.
Procurar la salud de este músculo puede reavivar nuestras energías vitales y conectarnos nuevamente con nuestro potencial creativo. Mientras más flexible y fuerte sea nuestro psoas más podrá la energía fluir por nuestros huesos, músculos y articulaciones.
Por Diana Caballero