El autismo, mucho más de lo que pensabas: mitos y realidades

¿Qué tanto conoces acerca de la enfermedad de las interacciones sociales? El autismo, mucho más de lo que pensabas… 

Muchas son las preocupaciones que giran en torno a una de las patologías más estudiadas de los últimos años. Enfermedad que, sin embargo, no ha logrado descifrarse por completo a más de un siglo de su descubrimiento. El autismo fue confundido por primera vez con un trastorno psicótico; cuando la medicina psiquiátrica entendió que no se trataba de un síndrome mental tanto como de un síndrome en la capacidad que el individuo tenia para interactuar y contactar con su ambiente exterior la enfermedad comenzó a ser tratada diferente al lograr ser mirada desde nuevas perspectivas.

Los mitos que giran en torno al autismo son variados y debido a que aun no se descubre con exactitud qué lo provoca el desconocimiento alienta muchos de estos errores que poco a poco se adhieren al conocimiento popular y terminar por volverse parte de una realidad equivoca. Por eso aquí te presentamos los mitos y las realidades que son comunes cuando hablamos de autismo:

 REALIDAD

Algunas personas con autismo pueden desarrollar una fascinación o interés especial con ciertas cosas. Por ejemplo si a un niño autista le gustan los dinosaurios hablará de ellos todo el día, buscará conocer tanto como pueda de estos e incluso querrá explicarte acerca de ellos aunque las personas a su alrededor estén hablando de otra cosa completamente diferente.

MITO

 Todas las personas con autismo son buenas en matemáticas, artes o música. El ensimismamiento dentro del que viven no es selectivo y no es un medio que usan para enfocarse en actividades que les resultan más atractivas y no todos logran alcanzar un nivel de inteligencia por encima del promedio aunque muchas de ellas cuentan con un coeficiente intelectual por arriba del promedio.

REALIDAD 

Las conductas repetitivas y las rutinas pueden ser una forma de entretenimiento y placer para las personas con autismo. Los expertos indican que este comportamiento les brinda estructura y predictibilidad, ayudándolos a sobrellevar las incertidumbres de la vida diaria.

MITO

Después de ser apoyados con una educación académica, las personas autistas,logran adaptarse instantáneamente a la vida adulta. Muchos de ellos viven las transiciones como algo traumático y las dificultades que se tengan aquí pueden llevar a ensimismamiento completo, problemas mentales o mantenimiento de la dependencia hacia los padres.

REALIDAD

El 78% de las personas con autismo piensan que a nivel global no existe un conocimiento profundo del tema y que las personas externas a su familia no conocen prácticamente nada relacionado a esta condición.

MITO

Las personas con autismo disfrutan estar solas. La realidad es que, igual que el resto de las personas, desean interactuar pero no saben cómo hacerlo e incluso las cosas que resultan importantes para otros no lo son para ellos y viceversa.

REALIDAD 

El autismo no es provocado por los factores ambientales que debe enfrentar el niño; ni la condición social, ni la familia serán determinantes para que la patología se desarrolle. Los expertos piensan que más bien se trata de un factor genético que se combina con agentes especiales, por ejemplo han encontrado una relación entre las mujeres embarazadas que presentan sobre peso o quistes en los ovarios y el autismo.

Imagen obtenida por: Tumblr

MITO 

Las vacunas generan autismo. Aunque la propaganda negativa que comenzó a formarse en torno a las vacunas debido a su posible papel como causantes de autismo tomo fuerza -especialmente en Estados Unidos- lo cierto es que no existen estudios que puedan comprobar esta hipótesis y el resultado final declara que las vacunas ayudan a prevenir muchas más enfermedades que las que llegan a causar – su margen de error es de .00000001-. Esta creencia podría estar ligada con la aparición tardía de la enfermedad que, en ocasiones, tarda hasta cinco años en ser detectada por completo, edad que se empareja con la temporada de vacunación para los infantes.

REALIDAD 

Las personas con autismo logran relacionarse tan bien como cualquier otra. Debido a que el autismo es un espectro que va desde “completamente funcional” (Asperger) hasta “casos de ensimismamiento severo” (Kanner), la mayoría de las personas con autismo son capaces de convivir de manera normal con el resto de las personas, acuden a colegios normales y a menudo requieren tanta atención y afecto como cualquier otro. Suelen ser personas muy sensibles que a menudo se encuentran muy unidos a sus padres pero desean tener amigos con los que jugar. Ríen, sienten, lloran y se emocionan igual que los demás, aunque en algunos casos no puedan canalizar bien los sentimientos.

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