Sin duda una de las luchas más intensas que mantenemos actualmente es con la comida, esto debido a que los hábitos alimenticios han cambiado, se prefieren platillos de “fast food” y cada vez se toleran menos las verduras, frutas y agua natural, pero como sabemos que uno de los objetivos de muchas personas es bajar de peso, te damos algunos consejos para cumplir los propósitos de comer mejor y alimentarse sanamente en este Año Nuevo.
Ciudad de México.- Aunque te parezca increíble, existen algunos trucos muy simples que utilizan las cadenas de comida para engañar a tu mente y hacerte comer más, como el tamaño de los platos y los vasos, así como el hecho de que el ritmo de vida hace que todo lo hagamos muy rápido, incluso la velocidad en que masticamos, lo que afecta tu digestión y tus sensaciones de satisfacción a la hora de alimentarte.
Según un estudio publicado en la Revista de la Academia de Nutrición y Dietética, asegura que masticar despacio hasta que los alimentos estén completamente desintegrados o hayan perdido su textura original, crean cambios bioquímicos que hacen que las personas consuman menos calorías y sientan una sensación de satisfacción temprana, es decir, están llenos en menos tiempo.
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Pero aparte de esto, uno de los consejos prácticos que puede cambiar tus hábitos de consumo, es el hecho de utilizar platos más chicos, lo que genera una percepción psicológica de abundancia al ver más comida, aunque las raciones sigan siendo las mismas.
Tal como lo explica el sitio Entrepreneur, “cuando comes una pequeña porción de un plato grande, tu mente se siente insatisfecha. Mientras tanto, la misma porción se sentirá más llenadora cuando se come de un plato pequeño”; un efecto psicológico que es imperceptible pero que condiciona las cantidades de alimentos que se consumen.
Y finalmente, intenta tener siempre a la mano una botella de agua natural muy cerca de ti, ya que a pesar de que no te guste y prefieras el refresco, los jugos o el café, siempre tendrás esa opción y poco a poco comenzarás a tomar de ella por el hecho de no tener tiempo para prepararte o poder ir por tu bebida preferida; es un juego psicológico de paciencia y constancia pero que funciona a largo plazo.