El Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica -TPP- es una estrategia para crear la zona de comercio más grande del planeta que englobará a un 40 por ciento del PIB mundial, bajo un esquema de comercio regionalizado, el cual incluye a los doce países que bordean el Océano Pacífico: Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
Ciudad de México.- El gobierno de Canadá firmará el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica –TPP por sus siglas en inglés-, sin embargo, someterán esta decisión ante un debate, así lo informó la ministra de Comercio de aquel país, Chrystia Freeland.
“Está muy claro que el acuerdo transpacífico representa oportunidades para algunos y preocupaciones para otros”.
“Muchos canadienses no se han decidido sobre el TPP y muchos más tienen dudas”, advirtió Freeland.
El TPP pactado por el gobierno anterior de Canadá, busca crear la mayor zona de libre comercio del mundo, en donde una docena de países juntarán el 40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
Pese a que parece un buen trato, Canadá teme que el acuerdo transpacífico perjudique a los trabajadores y a las compañías locales.
El acuerdo será firmado el 4 de febrero en Nueva Zelanda y luego de ello, deberá ser ratificado por los países miembros, los cuales dispondrán de dos años para hacerlo.
En este contexto, Freeland aseguró que Canadá asistirá a dicha cita y luego lo debatirá internamente.
“No asistir significaría retirarse del TPP antes de que todos los canadienses hayan podido debatir todas sus implicaciones”.
“Así como es demasiado temprano para apoyar al acuerdo transpacífico, también es demasiado temprano como para cerrar las puertas”, sostuvo Freeland.
El poder en los ciudadanos
En su “carta abierta a los canadienses”, Chrystia Freeland destacó que la población ha tenido y está teniendo la oportunidad de debatir, mediante un “examen robusto y transparente”, acerca de las implicaciones de este acuerdo transpacífico.
“Este proceso será totalmente público e incluirá una extensa consideración no partidista, análisis y testimonios de todas las regiones y sectores”.
El gobierno canadiense realiza una serie de consultas públicas de costa a costa del país sobre las implicaciones del acuerdo transpacífico a nivel nacional y para las industrias nacionales.
La ministra recordó que se cuenta con un plazo máximo de dos años para su ratificación, y resaltó el interés del gobierno canadiense de propiciar un profundo debate al respecto.
Sin embargo, enfatizó que Canadá es una nación de comercio y confió en que reforzar el desempeño en el comercio internacional contribuirá a fortalecer a la clase media y mantener trabajos mejor pagados.
“Queremos expandir las oportunidades económicas para todos los canadienses, y el comercio con nuestros socios de Asia-Pacífico es clave para que ello suceda”, señaló Freeland.