Cataluña: identidad nacional vs. estabilidad político-económica

Una independencia catalana traería serias consecuencias en lo político y en lo económico. Sin embargo, la región piensa más en su identidad que en la cohesión con el Estado español del que históricamente se ha sentido distanciada.

México (elsemanario.com).- Tras las elecciones catalanas y el triunfo de los independentistas, empiezan a crecer las especulaciones sobre lo que pasaría con una eventual separación de Cataluña de España. Ciertamente son innumerables las implicaciones, pero tal vez las principales serían políticas y económicas, ya que de ahí derivaría la debilidad del hipotético nuevo país.

Una independencia catalana traería serias consecuencias en lo político y en lo económico. Sin embargo, la región piensa más en su identidad ‘nacional’ (incluidos los intereses detrás) que en la cohesión con el Estado español del que históricamente se ha sentido distanciada.

Implicaciones Económicas

La independencia traerá consecuencias económicas que dejarían en una condición vulnerable al hipotético nuevo país. De acuerdo con analistas y medios que siguen de cerca la situación, Cataluña tendría una caída de su PIB de entre el 10% y 20% por el freno en las exportaciones, una de las bases en las que se sustenta su economía.

Esto debido a que la exportación de productos y servicios catalanes dependen en un 47% de España y un probable ‘boicot’ (en respuesta a su secesión) podría significar no sólo el que pierdan el mercado español, también podría implicar imposiciones arancelarias por el efecto frontera.

Tras abandonar España, Cataluña entraría en crisis económica. El gobierno tardaría en organizar la recaudación de impuestos y esto tendría un efecto directo en temas como pensiones, pues actualmente son pagadas por Madrid.

[box type=”shadow” align=”aligncenter” ]Las exportaciones pesan un 66% en el PIB regional de Cataluña. Asimismo, Cataluña vive de las ventas al resto de España, con las que mantiene un superávit comercial del 10%, frente al déficit del 5% del sector exterior.[/box]

De la misma manera, la Unión Europea se ha manifestado en contra de la independencia estableciendo que si Cataluña sale de España, también sale del organismo, dejando entrever la imposibilidad de que pudiera reintegrarse como país independiente.

Y, al igual que con España, Cataluña se enfrentaría al Arancel Aduanero Común vigente y sus exportaciones hacia todos los países de la Unión Europea tendrían dificultades, además su Producto Interno Bruto podría tener una caída.

Al perder el estatus de comunitario, también tendría que salir de la Zona Euro, acarreando en consecuencia que los catalanes pierdan su participación en la gestión de la política monetaria y económica. Además, marginaría su acceso a mecanismos de financiación y liquidez del Banco Central Europeo.

Para solicitar un reingreso, Cataluña tendría que cumplir con las condiciones impuestas y ser aceptada por los 28 estados miembros: inflación del 2%, deuda no superior al 60% del PIB y una tasa de paro baja, entre otros.

Según medios españoles, la deuda pública de Cataluña se sitúa cercana a los 61 mil millones de euros, siendo la Comunidad Autónoma con mayor deuda sobre su PIB, el 30% (actual). Pero, de independizarse, su deuda pública se dispararía al 78% de su PIB, colocando al hipotético país en situación vulnerable a una crisis económica.

Por su parte, España ciertamente “perdería menos”: tendría32 mil kilómetros cuadrados menos y 7.2 millones de habitantes menos. Aunque ninguna nación en el mundo o en la historia ha deseado ceder parte de su territorio y mucho menos de sus ciudadanos. Esto sin dejar de lado todo lo que significa Cataluña en términos económicos, culturales y sociales. La región catalana representa el 29% del Producto Interno Bruto (PIB) español.

Implicaciones Políticas

El gobierno español ha anunciado que recurrirá a todos los medios constitucionales para evitar que Cataluña se separe. De lograrse la separación, los catalanes perderían muchas salvaguardas y privilegios no sólo como españoles, también como europeos.

España, por su parte, perdería territorio y a una gran cantidad de sus ciudadanos, sin embargo, sus pérdidas políticas serían mucho menores respecto a las de Cataluña.

Empezando por que los catalanes perderían el estatus de ciudadano español y, en consecuencia el pasaporte, eso los relevaría de los privilegios que gobierno de ese país les garantiza cuando se encuentran fuera del territorio nacional.

Además quedarían fuera de la ‘ciudadanía’ comunitaria por lo que perderían el pasaporte europeo, perdiendo por consecuencia todos los privilegios dentro de la Unión Europea como viajar por entre las fronteras de los 28 países miembros sin necesidad de visa, acceder a la educación, servicios de salud  y otras cuestiones sociales o, por ejemplo, gastar con la misma moneda bajo cierto “equilibrio” económico.

Aunado a ello, la Comisión Europea argumenta que de darse una separación de Cataluña de España, podría producir un efecto dominó, pues en todo el territorio europeo hay 22 regiones con tendencias independentistas. Tan sólo en España, se teme que pueda ser influencia en el País Vasco o en Galicia, dos regiones que históricamente se han querido separar.

Pese a tener mucho en contra, y a que según varios medios como la revista británica The Economist, Cataluña, ni España ni la Unión Europea están preparadas para afrontar una declaración de independencia, sin embargo, la región o al menos los líderes del gobierno y gran parte del pueblo catalán, sigue pujando por un referéndum de independencia.

A lo largo de su historia, Cataluña ha manifestado su voluntad de autogobernarse, debido a que el pueblo catalán se ha sentido explotado y reprimido por parte del gobierno español, lo que se traduce en el deseo de independencia.

Siempre bajo el argumento de mejorar el progreso, el bienestar y la igualdad de oportunidades de toda la ciudadanía, y para reforzar la cultura propia y su identidad colectiva. Sin embargo, las razones económicas parecen tener su propio peso.

Al significar casi el 20% al PIB de España, Cataluña se convierte en la región del país que más aporta a la economía de ese país. Además, los catalanes acusan que la reinversión en la región es mucho menor a lo que ahí se genera, esto aunado a las malas gestiones económicas llevadas a cabo por el gobierno central, motivando aún más la búsqueda de la autonomía total.

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