Los aspirantes a ser el candidato demócrata a la Casa Blanca tienen listas sus armas para sostener el primer debate, en camino a las elecciones presidenciales de 2016; Hillary Clinton se mantiene como la clara favorita.
Estados Unidos (elsemanario.com).- Los cinco aspirantes a ser el candidato por el Partido Demócrata a la Casa Blanca tienen todo su arsenal de argumentos y propuestas para enfrentar el primer debate público de sus campañas, en camino a determinar quién será el elegido para contender en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos.
Entre la lista de aspirantes, la ex secretaria de Estado Hillary Clinton llega como clara favorita, pese al debilitamiento de su figura en los últimos meses a raíz de los ataques y avances del candidato republicano Donald Trump y de las afectaciones por la polémica del manejo de su cuenta de correo electrónico mientras fue funcionaria federal.
Tras Clinton, se posiciona en segundo lugar de las preferencias el senador Bernie Sanders, considerado como la gran sorpresa demócrata. Más rezagados vienen el gobernador de Rhode Island, Lincoln Chaffe; Martin O’Malley, gobernador de Maryland, y Jim Webb, también senador.
El encuentro está pactado para este martes 13 de octubre, en Las Vegas, Nevada, un escenario que al parecer será transmitido a nivel nacional por la cadena CNN y, será el espacio propicio para que los cinco demócratas presenten los pilares de sus campañas.
Previo al primer debate público del Partido Demócrata, aún se tiene como gran incógnita la eventual presencia del vicepresidente Joe Biden, quien aún no ha confirmado si lanzará su candidatura y, por lo tanto, no está invitado al debate, pero que, según sondeos, figura con una preferencia entre el 16 y 20% de los apoyos.
Hillary mantiene las preferencias
La ex secretaria de Estado se presenta a este primer debate de los demócratas como la mejor posicionada entre las simpatías del electorado, no sólo de los afines a su partido, sino de la nación en general.
Pese a sufrir los ataques incesantes de los republicanos e incluso varios de sus copartidarios por su desempeño como funcionaria en Washington y el polémico uso de una cuenta de correo electrónico privada mientras estaba en funciones, Clinton tendrá una dura prueba para refirmar su supremacía antes sus contrincantes o, de no hacer un buen debate, podría emprender su verdadero declive en camino a sus aspiraciones a la Casa Blanca.