Pese a que las polémicas declaraciones del multimillonario le acarreó una dura crítica de la opinión pública y la pérdida de negocios, su discurso anti migrante ya le produjo dividendos; encabeza las encuestas sobre las preferencias republicanas. Ahora, enfoca sus ataques contra sus rivales.
Estados Unidos (elsemanario.com).- El polémico discurso anti migrante y los duros ataques contra ciertas políticas de la Casa Blanca del empresario y pre candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, ya le han dado réditos. Esto a pesar de que perdió negocios y la simpatía de una fuerza política importante para las próximas elecciones.
De acuerdo con una encuesta revelada este martes por el diario The Washington Post y la cadena ABC se colocó a Trump a la cabeza de las preferencias de los electores republicanos registrados, para votar a favor de ese partido.
Según el sondeo, el empresario lidera con 22 por ciento de las preferencias, muy por encima del trece por ciento para el gobernador de Wisconsin, Scott Walker, ubicado en la segunda posición. Pero más sorprendente aún, rezagando al tercer puesto al exgobernador de Florida, Jeb Bush, a la tercera posición con un respaldo del doce por ciento.
Sin embargo, debemos recordar que el menor de la dinastía Bush encabezó algunos de los sondeos pasados, por lo que podría retomar fuerza si redirige su campaña o si tiene un dominio en el debate que celebrarán los principales candidatos republicanos en agosto próximo.
El debate televisivo puede ser un arma de doble filo para Trump, pues su habilidad discursiva puede resultarle una ventaja frente a sus oponentes que hasta el momento se han mostrado tibios a su discurso. Pero también puede ser peligroso si alguno de ellos lo lleva al terreno ‘visceral’ (en el que se engancha fácilmente) y evidenciar su falta de plataforma política.
Las escandalosas declaraciones del magnate estadounidense le significaron duras críticas por parte de la opinión pública de su país y de la comunidad internacional, al grado de ocasionarle la pérdida de múltiples alianzas de negocios.
La lista no para, las personalidades que se suman a la descalificación y reproche a Trump siguen apareciendo en escena. Ahora toca el caso de la cantante Paulina Rubio y del actor Mauricio Ochmann.
RT & sign! @NBC could stop supporting @realDonaldTrump,an individual without any kind of values,canceling his shows https://t.co/mC7pMIvdw4
— Aislinn Derbez (@AiSlinn_Derbez) junio 28, 2015
Además, este mismo martes, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio afirmó que pese a que la ciudad a su cargo carece de bases legales para terminar negocios vigentes con el aspirante presidencial republicano, su administración evitará nuevos contratos con el empresario.
Sin embargo, debemos reconocer que el empresario es muy habilidoso para salir de situación difíciles u ponerlas a su favor. Incluso, la complicada polémica que vive en estos momentos.
En esta ocasión, por ejemplo, afirmó que tiene mucho respeto por México. “Amo a los mexicanos. Tengo millones de mexicanos trabajando para mí. (…) Los amo y ellos me aman a mí”, dijo Trump.
A esto, suma su redireccionamiento de sus ataques, ahora los avoca a debilitar la imagen de sus rivales republicanos.
El polémico aspirante a la presidencia de EU llamó este martes a uno de sus rivales de partido, el senador Lindsey Graham, “idiota” en un acto público y conminó a los asistentes a que le telefoneasen a su número privado, que él mismo les facilitó.
“No parece un tipo muy brillante. Probablemente no sea más brillante que Rick Perry (exgobernador de Texas y otro aspirante republicano a la Casa Blanca). Puede que hasta Perry sea más inteligente que Lindsey Graham”, añadió.
Está claro que en el juego político las estrategias suelen ser diferentes, pero sin duda, todas buscarán posicionar al candidato y en fulminar a sus oponentes. También es cierto que en el caso de Trump aplica el dicho de “no hay publicidad mala, sólo hay que saberla canalizar”, y él lo está aprovechando muy bien.
A pesar de lo que la comunicad internacional o gran parte de personalidades expresen, debemos considerar que el electorado estadounidense es un complejo mundo de preferencias no sólo partidarias, sino religiosas, económicas y raciales. Cuestiones que de alguna manera el empresario está sabiendo cómo jugar.
Habrá que esperar a agosto para conocer si su escalada a las preferencias es real y lo suficientemente sustentada para alcanzar para sacar una ventaja robusta respecto al resto de sus contrincantes y pueda significarle un paso certero a la candidatura republicana.
Por I. Nava.