¿Qué hacer con los restos de Franco? Ésa era la gran pregunta. Para el nuevo gobierno español la respuesta era simple: desterrar los restos del dictador, terminar con la sombra de sus deseos.
En el Valle de los Caídos, la tumba del general Francisco Franco ha permanecido intacta, solemne e impoluta durante cuatro décadas. Ese descanso en el faraónico monumento que el mismo Franco pidió hacer en vida, podría tener los días contados.
El Consejo de Ministras de España aprobó ayer un decreto que modificará la Ley de Memoria Histórica, para permitir la exhumación de los restos del caudillo del mausoleo en el que permanecen en el Valle de los Caídos, en las afueras de Madrid.
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“No podemos perder ni un solo instante, no lo va a hacer este Gobierno, en cumplir el informe de los expertos que indicaban que la acción más rápida que había que acometerse para la paz de las víctimas que están allí enterradas era la exhumación de los restos de Franco”, señaló Carmen Calvo, viceprimera ministra del presidente Pedro Sánchez, que en junio se comprometió a exhumar los restos del dictador.
El Gobierno español indicó que dará 15 días de plazo a la familia del dictador para que se haga cargo de los restos de Franco, de otra forma, se elegirá un “lugar digno y respetuoso” para enterrarlo de nueva cuenta.
“A partir de ese momento el Valle de los Caídos cumplirá con la función de respeto de las víctimas que ahí están de ambos bandos. Es urgente hacerlo porque vamos tarde, es urgente escuchar lo que han dicho las Cortes y lo que ha ordenado la ONU”, señaló Calvo.
Una herida abierta
En España, el legado de Franco está lejos de terminar. Las heridas sociales y políticas de la guerra civil de 1936-39 todavía se perciben en el pueblo español.
El Valle de los Caídos es el monumento político más grande que Franco mandó a construir para homenajear a los muertos de la guerra civil que derrocó al gobierno democrático español y dio pasó a la dictadura franquista.
Con un panteón de 34 mil personas de ambos bandos, el Valle de los Caídos es mejor conocido por ser el lugar de descanso de Francisco Franco, recordado como uno de los mayores dictadores de España, pero también querido por un segmento importante.
¿Qué hacer con los restos de Franco? Esa era la gran pregunta. Para el gobierno centroizquierdista en el poder, la respuesta era simple, a ello se comprometió en julio: desterrar los restos del dictador, terminar con la sombra de sus deseos.
“Tener (ahí) la tumba de Franco supone una falta de respeto y de paz a las víctimas que allí están enterradas”, aseguró la viceprimera ministra.
Los restos de Franco se irán del Valle de los Caídos, pero no sin lucha: los nietos de Franco califican la decisión como “bárbara” y prometen estudiar las opciones legales para detener la exhumación.