El premio Nobel murió a los 61 años de edad, luego de haber pasado los últimos casi nueve años en prisión por su disidencia en contra del gobierno chino.
El premio Nobel de la Paz chino, Liu Xiaobo, falleció este martes bajo custodia en un hospital del norte de Pekín, víctima de cáncer de hígado, confirmaron las autoridades chinas.
Xiaobo, considerado un héroe por la comunidad internacional y un criminal por su propio gobierno, había sido excarcelado recientemente para recibir atención médica por un cáncer terminal.
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El premio Nobel murió a los 61 años de edad, luego de haber pasado los últimos casi nueve años en prisión por su disidencia en contra del gobierno chino. Se le había impedido buscar ayuda médica en el extranjero y falleció “debido a un fallo multiorgánico”, según reportaron las autoridades chinas.
Según rescata la ABC en su portal web, Xiaobo fue el disidente más conocido y combativo de China y en 2009 fue condenado a once años de cárcel por reclamar la democracia en el país asiático. Un año más tarde fue galardonado con el premio Nobel de la Paz, que recibió en prisión.
En mayo pasado se le diagnosticó con cáncer de hígado terminal y llevaba desde finales de junio encerrado en un hospital de Shenyang, capital de la provincia norteña de Liaoning.
Cabe destacar que en los últimos días, el Gobierno chino hizo caso omiso de las peticiones de la comunidad internacional para liberar a Liu Xiaobo, luego de que varios médicos extranjeros que le visitaron contradijeran la versión oficial y aseguraran que podía viajar al extranjero para recibir tratamiento, como había expresado el propio activista.
A Xiaobo se le acusaba de publicar escritos críticos con el Partido Comunista chino (PCCh) y ser uno de los principales ideológos de la Carta 08, manifiesto que en 2008 pedía reformas democráticas para el país como la separación de poderes o la instauración de un sistema democrático.
Nació el 28 de diciembre de 1955 en Changchun, capital de la provincia de Jilin, y era profesor de Literatura en la Universidad de Pekín durante las manifestaciones de los estudiantes que tomaron la plaza de Tiananamen en la primavera de 1989.
Fue calificado como un “enemigo del Estado” desde entonces, pasó seis años en la cárcel y luego fue confinado bajo arresto domiciliario y sometido a constante vigilancia policial.