Las protestas en Tucumán y la represión policial motivaron a los candidatos de oposición a exigir en una sola voz al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner garantías para las elecciones presidenciales de octubre.
Argentina (elsemanario.com).- Las manifestaciones de inconformidad no paran desde la noche del domingo cuando se celebraron las elecciones generales de Tucumán, provincia al norte de Argentina y que supuso un nuevo termómetro luego de las elecciones primarias presidenciales del pasado 9 de agosto.
El lunes, unos 10 mil tucumenses salieron a la Plaza de la Independencia con el grito: “¡Que se vayan todos!”, en un acto que objetaba el triunfo del candidato oficialista que, de confirmarse, dará continuidad al actual gobierno que lleva 12 años en el poder.
La situación se desbordó y derivó en la represión policial que ha provocado una ola de reproches y demanda de justicia no sólo por los candidatos de oposición, también desde el gobierno de Cristina Fernández, aliado del actual gobierno de la provincia y del candidato (hasta ahora) vencedor.
La tensión inició la misma noche en que se celebraron los comicios, marcados por hechos de violencia, que incluyeron la agresión contra un camarógrafo, el incendio y destrucción de 42 urnas, ataques con arma de fuego a sedes de partidos opositores y denuncias de irregularidades electorales.
Según el escrutinio hasta este lunes, el candidato oficialista (kirchnerista), Juan Manzur, lleva la delantera para la gubernatura con el 54% de los votos contra el 40% del candidato opositor José Cano, líder del Acuerdo para el Bicentenario, una diferencia de 14 puntos que parece insuperable pese a las denuncias.
La anulación de la elección parece imposible ya que el director nacional electoral, Alejandro Tullio, aseguró que aunque hubo irregularidades, los comicios son válidos.
“Quemar urnas no es fraude porque no altera el resultado, se tienen que hacer las elecciones complementarias y ese resultado se suma al anterior; es otro delito pero no fraude”, dijo.
Candidatos de oposición exigen garantías
Mauricio Macri, Sergio Massa y Margarita Stolbizer pidieron en conjunto “terminar con este régimen feudal de corrupción, fraude y represión” y exigieron garantías para las elecciones que se celebrarán el 24 de octubre.
En conferencia de prensa, los principales candidatos de oposición hicieron una sola voz para demandar al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner garantizar la transparencia de los comicios, al tiempo que expresaron su repudio a la represión policial acontecida en Tucumán.
Los bancos no abren en protesta
Este miércoles los bancos en Tucumán realizaron un paro de actividades convocado por la delegación local de la Asociación Bancaria, en repudio a la represión policial que se suscitó en la protesta del lunes pasado.
“Repudiamos la represión que sufrió la gente en la plaza Independencia cuando reclamaba justicia y que no les roben los votos. Los bancarios estamos cansados de estos hechos de violencia”, señaló el organismo.
Represión en Tucuman
La inconformidad y denuncias por las irregularidades en las elecciones comenzaron desde el mismo domingo. Los argentinos usaron el hashtag #FraudeEnTucumán para subir fotos y videos de los incidentes registrados durante los comicios.
La noche del lunes, las calles de la ciudad –cuna de la Independencia argentina– se llenaron hasta congregar a una multitud en la Plaza de la Independencia en protesta por los resultados de la jornada electoral.
Los tucumenses protestaron con cánticos, cacerolazos y tambores denunciando irregularidades por lo que exigen que se repitan los comicios.
La manifestación fue objeto de represión policial que, con gases lacrimógenos y balas de goma sometieron a los ciudadanos congregados dejando como resultado al menos 22 personas heridas, entre ellas dos menores, según relatan medios argentinos. La situación se repitió el martes, aunque esta ocasión el gobierno local tuvo que aceptar la voz del pueblo y evitar una nueva agresión.
La represión policial –común en muchos países–, es una situación muy sensible en Argentina desde que en 2001 el entonces presidente Fernando De la Rúa tuvo que abandonar en helicóptero la Casa Rosada (sede del Gobierno) después de una dura represión que acabó con 28 muertos.
A raíz de aquel incidente, para las administraciones de los Kirchner se convirtió casi en tabú la represión policial dando órdenes expresas para que nunca haya violencia contra las manifestaciones, salvo casos muy extremos.