Terminar la pugna comercial de Estados Unidos contra China no significaría el fin de la Guerra arancelaria.
Contracción en las economías de Estados Unidos y China, debido al pago de aranceles, incertidumbre en los mercados financieros y disminución de inversiones es parte de las consecuencias de la guerra comercial iniciada hace 18 meses por Donald Trump, conflicto que fue iniciado bajo la premisa de igualar la balanza comercial entre ambas naciones.
Después de arduas negociaciones y aumento de hostilidades, que implicaron imponer aranceles de hasta 25 por ciento a productos chinos como el acero y el aluminio, o colocar en el listado de empresas vetadas para realizar negocios a Huawei, parecía que se lograría un acuerdo entre ambos bandos.
Pero las esperanzas de acordar un armisticio para este 2019 fueron enterradas por el presidente estadounidense quien declaró no tener prisa en concluir la guerra arancelaria ya que durante su más reciente visita a Europa anunció que impondría nuevos impuestos a los productos franceses en represalia a la imposición de una tasa del Ejecutivo de Emmanuel Macron sobre los ingresos de los servicios digitales de grandes tecnológicas americanas como Google, Apple, Amazon o Facebook.
La lista de productos sujetos a estos gravámenes incluye 63 categorías con un valor comercial aproximado de 2.400 millones de dólares, como quesos, bolsos, vino espumoso y varios productos de maquillaje, señaló en un comunicado la Oficina del Representante de Comercio Exterior de Estados Unidos, detalló Vanguardia.
El presidente Donald Trump ha emplazado a París a negociar, afirmando que “podríamos llegar a un acuerdo”.
Por su parte Francia ha calificado de “inaceptables” las medidas y ha advertido de que en el caso de que Washington aplique nuevas sanciones habrá una respuesta “fuerte” de la Unión Europea, según ha afirmado el ministro galo de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire.
La ley europea fija la imposición del 3 por ciento sobre la facturación del negocio digital a empresas, como Google, Apple, Facebook y Amazon, para obligarlas a pagar impuestos en Francia por los beneficios que obtienen gracias a los internautas franceses.
Por ello cuando parece que el frente asiático está cerca de conseguir un cese al fuego arancelario la guerra comercial de Trump se alista para desembarcar en Europa.