“Si siente que habrá separación, no vendrán”, señaló el polémico mandatario a reporteros en la Casa Blanca. Trump aseguró además que existe “gente muy mala allá afuera”.
Cientos de familias separadas y una profunda crisis de popularidad, fueron sólo algunos de los costos que dejó la polémica política de “Tolerancia Cero” impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La medida sólo estuvo activa algunos meses, hasta que se filtraron en la prensa las imágenes, audios y vídeos de las dramáticas situaciones en las que vivían niños pequeños en centros de detención (una vez que fueron separados de sus padres en la frontera), la presión de organizaciones sociales y ciudadanos terminó por desarmar esta política “cruel” e “inhumana”.
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Ahora, meses después del escándalo, Donald Trump volvió a defender su política y aseguró que su gobierno se vio forzado a implementarla porque los migrantes adultos utilizan a los niños para ingresar a los Estados Unidos.
“Si siente que habrá separación, no vendrán”, señaló el polémico mandatario a reporteros en la Casa Blanca. Trump aseguró además que existe “gente muy mala allá afuera”.
La respuesta de Trump se dio después de haber sido cuestionado sobre las informaciones dadas a conocer por el diario The Washington Post sobre supuestas nuevas medidas que el mandatario ejecutaría para separar de nueva cuenta a familias de inmigrantes que buscan llegar a los Estados Unidos.
“Estamos analizando todo lo posible cuando se trata de inmigración ilegal”, aseguró Trump para desmentir los comentarios de TWP.
¿Más separaciones de inmigrantes?
De acuerdo con información difundida por The Washington Post, fuentes de la Casa Blanca dieron a conocer que el gobierno de Trump busca mantener juntos y bajo custodia a las familias detenidas en la frontera, pero sólo durante los primeros 20 días de detención, es decir, durante el tiempo máximo permitido para retener a un menor de edad.
Tras ese tiempo, se daría dos opciones a los mayores de edad mientras procesan su deportación: liberar a los niños, separándoles de ellos, o mantenerles encerrados con ellos.
Cabe destacar que estas medidas violarían el llamado acuerdo de Flores, aprobado en 1997 y que establecía el límite máximo que un niño inmigrante puede ser privado de libertad.