Si tiene una empresa familiar es probable que las dinámicas entre los integrantes o la calidad en las relaciones intrapersonales este afectando el éxito del negocio.
Ciudad de México.- La cifra es aplastante: 90% de las empresas en México son familiares, al menos eso afirma Ricardo Fainsilber, director de Fainsilber Asesores.
La firma dedicada a resolver problemas interpersonales y dinámicas familiares en empresas donde los padres, hijos y otros parientes participan en su dirección, asegura que de las empresas donde estos núcleos gobiernan, 80% de ellas no sobrevive por factores tan diversos como las relaciones que mantienen y los conflictos que se provocan.
“No hay orden en la empresa familiar, tienen relaciones de muy alta de complejidad que la afectan, otro elemento es que no hay una buena preparación, no hay un buen plan de sucesión“, explica Fainsilber.
El consultor reconoce, en entrevista a EL SEMANARIO, que el promedio de vida que generalmente tienen las empresas familiares es mientras el fundador está en la empresa, seguido de un 20% que viven a la segunda generación y 3% a la tercera.
“Cada caso es diferente, cualquier empresa se funda por interés económicos, generar ingresos para la persona y a la familia”, enlista Fainsilber entre los motivos que impulsan el desarrollo de empresas de este tipo, que generalmente se fundan con ahorros de la familia y de recursos del patriarca.
“Depende del tamaño de la empresa, educación y sofisticación. Con lo que más me encuentro es gente que funda negocios con su propio dinero o recursos de familia, sin pedir préstamos o apoyos. Cuando los negocios son más grandes, es que empiezan a buscar financiamientos para darle crecimiento a la producción o a ampliar plantas”, detalla.
¿Qué hacer para que tu empresa familiar no fracase?
– Mientras más claros los roles dentro del negocio, les va a ser más fácil la convivencia y el funcionamiento de la empresa.
– Marcar responsabilidades y roles. Escogerlos con base en la preparación de cada integrante de la familia.
– Separar las decisiones de familia y las decisiones del negocio.
Por Octavio N. Cervantes.