Luego de haber sido declaradas agente económico preponderante, filiales de América Móvil presentaron amparos en contra de las regulaciones impuestas por el IFT, los cuales han sido declarados como improcedentes.
Ciudad de México.- La jueza federal Silvia Cerón Fernández negó a América Móvil tres amparos interpuestos en contra de la regulación que fue asignada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), al declararlas como agente económico preponderante.
La parte quejosa no logró desvirtuar la legalidad de la decisión de la autoridad responsable al considerarla como parte de un grupo económico preponderante en el sector de telecomunicaciones, e imponerle las medidas que estimó pertinentes. No cabe sino declarar infundados, inoperantes e ineficaces los conceptos de violación hechos valer, y por ende, negarle el amparo y la protección de la Justicia Federal solicitada”.
En marzo de 2013, filiales de América Móvil –Inbursa, Telmex y Telcel- fueron declaradas como preponderantes en el sector de las telecomunicaciones por el IFT, instancia que aplicó obligaciones específicas con el objetivo de equilibrar el mercado. Ante la regulación impuesta, las filiales de América Móvil interpusieron amparos, los cuales fueron aceptados por el juzgado en abril de 2014.
Regulaciones pegan a las ganancias
América Móvil ha resentido estas medidas en sus ganancias, tanto que su valor de mercado del consorcio Slim pasó de 74% a 63%. En total, el conglomerado de Slim registró una pérdida de 176 mil 250 millones de pesos en su valor en el mercado, al cierre del tercer trimestre del 2015, con lo cual su pérdida en los últimos cuatro trimestres, ascendió a 346 mil 342 millones de pesos.
A finales de septiembre, América Móvil registró un valor en el mercado de 928 mil 260 millones de pesos, cifra que representa un 63% del capital total del consorcio Slim, lo cual contrasta con el 74% de participación que tenía en 2011, previo a que se le declarara agente preponderante en materia de telecomunicaciones.
Diversas han sido las causas de este descenso, entre el mercado cambiario y la debilidad económica, se suman a las regulaciones aplicadas, situaciones que no han beneficiado para nada al consorcio de Slim.