Los hábitos de alimentación se han modificado en las últimas décadas y cada vez es más común comer poco y mal, algo que afecta directamente el rendimiento de las personas.
Por falta de tiempo y de organización, la mayoría sale de su casa por las mañanas sin haber hecho un desayuno previo, algo que parece la solución perfecta para llegar a tiempo al trabajo, pero es la manera más efectiva de restarle energía a nuestro cuerpo.
Durante la noche, el cuerpo realiza funciones diferentes a las del día, pero de igual forma gasta energía, lo que significa que a la mañana siguiente ya han pasado 6 u 8 horas de ayuno, por lo que el organismo necesita recargar fuerzas y esto será a través de los nutrientes que proporcionan los alimentos.
Si te preocupa el peso y la figura, algunos estudios científicos aseguran que un buen desayuno evita subir de peso, un valor agregado para hacerlo diariamente.
Lo ideal es hacer un desayuno equilibrado antes de salir de casa y a cierta hora de la mañana tomar un refrigerio o colación, con lo que el cuerpo no se queda sin nutrientes y no gasta toda la energía disponible.
“La mente y el cuerpo no trabajan igual si no se le suministra la cantidad necesaria de vitaminas y minerales. Las personas más saludables son las más productivas”, dice Entrepreneur.
Artículo relacionado: Falta de sueño acorta la vida y resulta en improductividad laboral
A nivel cerebral, te sorprendería saber lo que algunos alimentos hacen para aumentar las funciones y habilidades motoras, neurológicas e intelectuales
Algunas semillas y frutos secos como almendras, cacahuates y arándanos, aportan diversos minerales y vitaminas para mantener una buena salud cardiovascular y sus grasas estimulan la actividad cerebral.
Estos alimentos los puedes usar como botanas cuando sientas un poco de hambre durante el día, en lugar de los productos “chatarras” que generalmente se consumen en esos momentos.
Evita también tomar en exceso café y bebidas energéticas, ya que ocasionan una reacción estimulante del sistema nervioso, por lo que con esto aumentará los niveles de estrés, tensión emocional y ansiedad.
Esto reduce las capacidades cognitivas, perdemos concentración y baja la calidad del rendimiento.
De esta manera, somos lo que comemos y por lo tanto esto determinará el desempeño laboral y el rendimiento intelectual en cada actividad que realicemos.