¿Qué hace a una persona ser exitosa? Seguramente la primera referencia que nos viene a la mente es el resultado de la fórmula: dinero, poder y riqueza. Sin embargo, cada elemento representa cosas distintas para cada uno de nosotros y por lo tanto, el parámetro de posibilidades es infinito.
Ciudad de México.- Según la Real Academia Española (RAE), la definición de éxito puede ser el “resultado feliz de un negocio, actuación, etc.”, una “buena aceptación que tiene alguien o algo” o “fin o terminación de un negocio o asunto”.
Evidentemente esto no nos dice mucho, ya que si se contrastan estas definiciones con la percepción general que se ha creado en el mercado y que se enfoca en un tema puramente aspiracional, la buena aceptación de alguien viene del dinero, de los negocios millonarios y de la imagen personal basada en un modelo anglosajón de belleza.
Esto te puede interesar: Conoce los costos que significa tener una vida emprendedora exitosa
El éxito más allá de la publicidad
¿Cuántos pueden lograr esto? Muy pocos. Sin embargo, para ser una persona exitosa no se necesita encajar en este modelo de riqueza material y de poder, sino en una percepción mucho más realista de lo que se busca lograr en la vida.
Tal como lo explican Tanja Nazlic, doctora en psicología, y Dieter Frey, profesor de psicología social en la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich, el éxito “es subjetivo”; es decir, “cada persona tiene su propia idea de lo que para ella es importante en la vida y qué objetivos quiere perseguir”, todo esto dependiendo de “los valores transmitidos por la familia y la sociedad”.
Estos académicos explican en su trabajo de investigación titulado Psicología del Éxito, que todo depende del momento por el que estén atravesando las personas, ya que si bien “lo considerado valioso puede concernir a bienes materiales, ingresos, casa y otros signos visibles de estatuto social”, para otros esto deja de tener relevancia ya que en realidad, el éxito sólo tiene “significado para uno mismo”, que puede ser “quizás un buen equilibrio entre la profesión y la vida privada o un nuevo compañero tras una separación”.
Así, la correlación de necesidades específicas y la consecución de objetivos acordes a esos momentos particulares, puede ser un buen parámetro para que cada persona dimensione su nivel de éxito alcanzando.
Temporal y transitorio
Pero todo en la vida cambia y evoluciona, lo que conlleva que ese éxito puede parecer insuficiente y entonces surgen nuevas aspiraciones, retos y necesidades.
Y si bien es cierto que el “éxito visible” es aquel que se materializa tras lograr cosas “importantes”, la realidad indica que esto no podría haberse concretado sin la obtención de pequeños objetivos que a diario conseguimos, muchos de ellos de manera imperceptible.
“Cada vez que nos proponemos algo y lo conseguimos podría decirse que es un éxito”, dicen Nazlic y Frey, por lo tanto esto “debería ser entendido como la consecución de un objetivo, tenga gran repercusión o sea pequeño e íntimo”.
En ese sentido, la persona exitosa no es la que espera llegar a la cima para presumir de sus triunfos, sino la que es capaz de disfrutar esos momentos donde logra los objetivos que marcan el camino hacia un desarrollo integral, que implica una plena satisfacción emocional y psicológica y convivir con el entorno de manera orgánica, sin prejuicios ni complejos.