Cuatro fósiles de más de 100 millones de años muestran cómo pudo ser la evolución de los arácnidos.
Gracias a la tecnología de hoy en día, nuevos insectos son descubiertos de forma regular. En esta ocasión, una extraña especie de arácnido fue encontrada.
Cuatro fósiles fue descubiertos en Myanmar y datan de hace 100 millones de años, así pues, todo apunta a que pertenecieron a la era cretácea. Los especímenes fueron preservados con ámbar y muestran características tanto de escorpión como de arácnido. El paleobiólogo Bo Wang, de la Academia China de ciencias de Nanjing, quien es el autor principal de este estudio, explica que debido a la fragilidad de los cuerpos de las arañas, sin huesos, dependen de situaciones especiales para encontrar fósiles.
En el diario Nature Ecology & Evolution los fósiles fueron descritos como arácnidos, sin embargo las arañas no tienen cola, es por ello que uno de los investigadores argumenta que es probable que este perteneciera al grupo llamado uraraneida, las cuales sí contaban con colas. Otra teoría propone que este espécimen representa a una rama de especie previa a lo que hoy conocemos como las arañas modernas.
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Los cuatro fósiles fueron encontrados al norte de Myanmar donde se han encontrado fósiles asombrosos como la cola de un dinosaurio preservada en ámbar. Los fósiles son de alrededor de 5.5 milímetros incluidas las colas, las cuales ocupan la mitad de la longitud, 6 patas, e hiladores para producir seda y cola. Además, todos los especímenes son machos. Paul Selden, director del Instituto Paleontológico de la Universidad de Kansas y co-autor del descubrimiento, comenta que tiene sentido que todos los especímenes sean machos ya que las arañas modernas buscan donde quedar atrapadas en los fluidos de los árboles como lo es el ámbar, una resina fosilizada.
Los investigadores han nombrado a este espécimen Chimerarachne yingi como honor a Quimera, de la mitología Griega, y comentan que es probable que la cola la utilizaban como un sensor para detectar su medio ambiente y que pese a que podía producir seda, dudan que la utilizara para cazar como las arañas del día de hoy. La seda puede ser usada para envolver huevos, hacer madrigueras, hacer hamacas, entre otros. Además, no pudieron demostrar si esta especie envenenaba a sus presas.
Este descubrimiento llena un vacío entre las arañas que hoy conocemos y su evolución durante millones de años.
