Festival de Cine Judío dice adiós en medio de la búsqueda de más recintos por conquistar

La Biblioteca México fue el recinto en donde el Festival de Cine Judío en México dice adiós, sin embargo, hay planes para que esta muestra se acerque a más gente.

Ciudad de México.- El pasado sábado concluyó oficialmente en salas convencionales el Festival de Cine Judío en México, sin embargo, el mes próximo se trasladará a cineclubes de la capital.

Esta idea nace para acercar las producciones a un número mayor de gente, que por diversos motivos no asistieron a los complejos Cinépolis, aseveró Isidoro Hamui, director del certamen.

Y es justamente el recinto que vio la despedida –Biblioteca México- y la Biblioteca Vasconcelos, así como el Hotel Condesa DF, los cuales serán sedes de la extensión del Festival de Cine Judío en México y que pretende finalizar en el verano.

“Vamos a crecer con los cineclub para gente que no pudo estar en los cines”, afirmó el director del certamen.

Hamui sostuvo que están interesados para llevar el festival a más espacios, en donde puedan tener la libertad que un cineclub ofrece.

“Estamos platicando con otros lugares e invitando a cualquier persona que tenga un foro cultural, con las pocas exigencias técnicas que requiere una proyección, a sumarse a este esquema”.

“Dependiendo del lugar se va a organizar alguna ponencia o un debate, cosa que es complicada en un cine y eso sí puede hacerse en un cineclub”, agregó Humai.

El juicio de Viviam Amsalem

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El Festival de Cine Judío en México concluyó con la proyección del documental El juicio de Viviam Amsalem (Gett), la cual se limita en dos recintos: un acorte religiosa judía y las salas donde la gente espera antes de entrar.

Esta limitación visual, lleva al espectador a sentir la asfixia, la inmovilidad que no sólo puede crear el espacio sino la situación en la que se vive.

Viviam Amsalem vive en un matrimonio infeliz sin la opción de obtener un divorcio, debido a la negativa del segundo en cuestión. Este documental retrata el punto de desbalance entre hombre y mujeres para tramitar un divorcio ante la ley judía, donde es el hombre quien da por terminada la relación en una ceremonia en donde le entrega a la mujer una hoja de papel escrita liberándola del compromiso.

El problema radica en que, por alguna razón, el hombre se niega, la pareja continúa casada así ensordezcan a su vecinos con sus peleas, así no se quieran o no se hayan querido nunca.

Este documental retrata justamente esta situación que esta mujer ha vivido por  años 30 años y que parece no tener fin y que nos lleva a vivir la vida del otro en carne propia.

 

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