Ballet de la Ciudad de Nueva York mantiene vivo el legado de Balanchine

El legado del destacado coreógrafo George Balanchine, a quien se recuerda mañana que se cumplen 90 años de su fallecimiento, continua vigente gracias a la compañía que fundó en 1948 junto con Lincoln Kirstein

 

Nueva York.- El legado del destacado coreógrafo George Balanchine, a quien se recuerda mañana que se cumplen 90 años de su fallecimiento, continua vigente gracias al Ballet de la ciudad de Nueva York, compañía que fundó en 1948 junto con Lincoln Kirstein (1907-1996).

La agrupación evoca al llamado “Padre del ballet estadounidense” con el programa de “All Balanchine”, que se realiza hasta el mes de mayo y que incluye coreografías como “Concierto Barroco” (1941) y “A quién le importa” (1970), entre otras.

George Balanchine vio la primera luz el 22 de enero 1904 en San Petesburgo, Rusia, perteneció a la generación de bailarines que durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), estudió en la Escuela Imperial de Ballet, en su ciudad natal.

Más tarde obtuvo la matrícula en el Conservatorio de Música del Estado, en el cual estudió durante tres años piano, teoría musical y composición.

Balanchine se dio a conocer como coreógrafo con la creación de “Apollon Musagète” (1928), obra basada en la composición de Ígor Stravinsky (1882-1971), y de “El hijo pródigo” (1929) creada a partir de la música de Serguéi Prokofiev (189-1953).

En 1924, el artista del ballet salió de la Unión Soviética debido a la invitación que el empresario Sergei Diaghilev le extendió junto a Tamara Geva (1907-1997), Alexandra Danilova (1903-1997) y Nicholas Efimov, para unirse al Ballet Russes en París, compañía en la que fueron aceptados.

De acuerdo con información difundida por el Ballet de la Ciudad de Nueva York en su sitio web, se desempeñó como maestro de en la compañía de Diaghilev, hasta el año de 1929, y posteriormente participó en proyectos de diversos países europeos.

Su llegada a Estados Unidos, se dio tras reunirse con Lincoln Kirstein, una importante figura cultural de Nueva York, en 1933, con quien después de trasladarse a la granza manzana, fundarían la School of American Ballet, la cual sigue vigente hasta el día de hoy.

Balanchine debutó en los Estados Unidos como coreógrafo en 1943 con “Serenata a la música de Tchaikovsky” y luego de la fundación del Ballet de la Ciudad de Nueva York, el 11 de octubre de 1948, se dedicó a laborar en él hasta el momento de su muerte, ocurrida el 30 de abril de 1983.

Los estudiosos de su obra la insertan en el movimiento neoclásico y de ella resaltan las coreografías de “Don quijote” (1965) y “El cascanueces“, estrenada por el Ballet de la Ciudad de Nueva York el 2 de febrero de 1954 y la cual, es montada durante las temporadas de invierno, por compañías de danza de diversos países

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