¿Esposa “extra”? Prácticas culturales en África

Las prácticas en las que las mujeres pierden sus derechos se extienden alrededor del mundo y siempre tienen una relación directa con un tipo de intercambio económico, aun cuando no las vemos en nuestra vida cotidiana de forma “común”, no significa que no existan para muchas otras personas en el mundo.

Ciudad de México (elsemanario.com).- Las Mbirighas o esposas extra, son una práctica común en Malawi y significa que el hombre se casa con la hermana menor o la sobrina de su esposa, por lo que mantiene relaciones con varias mujeres de una misma familia y esto asegura el bienestar financiero de la familia en general.  Esta es una práctica que se emplea también en varias regiones de Sudáfrica y Kenya, incluso suele ser tan común para los hombres, que las personas no conciben tipos de relaciones monogámicas en las que el varón tiene que vivir toda su vida teniendo relaciones con una sola persona.

En Malawi suelen tener esta práctica para asegurar así que el hombre no busque a otra mujer fuera de la familia, ya que esto representaría una perdida económica, en su lugar, se pretende compartir las ganancias de ese matrimonio entre los otros propios miembros, por lo que se invita a las jóvenes que están entrando recientemente en la pubertad, a contraer matrimonio con los esposos de sus hermanas mayores.

En estas regiones del mundo la vida resulta tan terriblemente difícil y cara, que para las familias encontrar tan solo a un ‘hombre decente’, capaz de la manutención de su familia es en si mismo un bono, por lo que buscan casar a todas sus hijas con él, sin embargo, esta unión no cuenta con el consentimiento de las desposadas quienes tienen apenas la edad suficiente para comenzar a desarrollarse físicamente antes de tener que contraer nupcias con hombres que les doblan la edad.

Aun cuando muchas familias buscan esto, son los hombres por lo general los que predisponen esta unión, y su forma de expresarle a la familia de su esposa que quiere casarse también con su hija menor consiste en hacerlas ir a casa de sus padres con una canasta llena de harina de maíz y un par de gallinas, lo que les indica que nunca le faltarán recursos para comer.  Una vez que la familia acepta se pasa por todo el procedimiento de pagar el dote núbil de su futura esposa.

Estas prácticas agreden profundamente los derechos con los que cuentan las personas, además, representan un problema fundamental para los esfuerzos realizados hasta el momento por promover una cultura de lucha contra el VIH, campañas que no han logrado tener éxito en estas regiones, debido a sus creencias culturales arraigadas que invitan, promueven y propician que los hombres mantengan múltiples parejas sexuales para probar un rango elevado de masculinidad.

Con informacion de Dr. Michelle Kaufman.

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