Arnulfo R. Gómez: Padrino de Boda de Emilio Portes Gil

Por considerarlo de interés, me es grato transmitir a continuación unos comentarios sobre mis primeros encuentros con el Lic. Emilio Portes Gil, quien fuera presidente provisional de México, y en los cuales se hizo referencia a la candidatura a la Presidencia de la República, en 1928, del general de División Arnulfo R. Gómez, mi abuelo.

En enero de 1971, caminando con mi padre, Ramón R. Gómez Ponce, sobre la calle de 5 de mayo, en el centro de la Ciudad de México, él se dirigió a una persona que recién había bajado de un auto y a la que saludó muy efusivamente: Don Emilio, ¿cómo está usted?

La respuesta fue igual de efusiva, ¡Muy bien Ramón, qué gusto verte! Y después de un fuerte abrazo, mientras el chofer de don Emilio ayudaba a doña Carmen, esposa de don Emilio, a descender del vehículo, mi padre me presentó con él, señalando que yo era su hijo y que llevaba el mismo nombre de mi abuelo: Arnulfo R. Gómez.

Don Emilio me vio detenidamente y comentó: Llevas su nombre, pero no te pareces mucho al general.

Como mi padre era idéntico a mi abuelo, don Emilio continuó y le dijo: Tú sí te pareces a él, deberías dejarte el bigote y seguro que le meterías un gran susto a muchos de esos políticos que andan por ahí.

Después, don Emilio se dirigió a su esposa, quien ya se había aproximado a nosotros, señalando a mi padre y, como introducción, le dijo: Es hijo de Arnulfo R. Gómez, ¿te acuerdas de él?

La respuesta de doña Carmen fue: ¡Claro que sí! Con mucho cariño, Arnulfo fue nuestro padrino de bodas. La conversación continuó brevemente y días después, a invitación de don Emilio, pasamos a su oficina en la calle de Versalles para seguir conversando.

En esa reunión, don Emilio le obsequió una fotografía suya dedicada a mi padre, de la cual incluyo una copia cuya dedicatoria dice: Con todo cariño para mi muy estimado amigo Ramón Gómez. Enero 15 de 1971.

Arnulfo R. Gómez
Emilio Portes Gil.

En esa reunión, en repetidas ocasiones, don Emilio hizo referencia a la enorme amistad que tenía con mi abuelo y a las circunstancias que rodearon la sucesión presidencial en el año 1928, misma que resumo de la siguiente manera.

En verdad, siento mucho que Arnulfo se haya ido enojado conmigo, pero yo no lo pude apoyar, a pesar de lo mucho que lo quería, de que él tenía la razón y de que Obregón estaba cometiendo un sacrilegio imponiendo su reelección, pero “El Manco” nos tenía amenazados a todos y tú sabes que era un asesino.

Si yo me hubiera declarado partidario de tu padre, seguro que también me habría matado y, la verdad, no supe ni quise arriesgarme, yo era un civil. Tu papá era diferente, era muy valiente y, como buen militar, estaba acostumbrado a enfrentar a la muerte todos los días.

Mi padre hizo referencia a la gran amistad que también existía entre mi abuelo y Plutarco Elías Calles, y a toda la ayuda y el enorme apoyo que mi abuelo le dio a Calles a lo largo de su carrera, inclusive, comentó que lo había formado como militar, señalando a don Emilio que no se explicaba la timorata actitud de Calles en relación con mi abuelo, pues no intervino a su favor, más aún, siendo el presidente de la República pero, sobre todo, porque mi abuelo nunca estuvo envuelto en la asonada que el general Francisco R. Serrano cándidamente había preparado.

La respuesta de don Emilio fue: Calles no mandaba, estaba sometido a los deseos de Obregón, era su pelele, y la muestra de ello es que Joaquín Amaro y Fernando Torreblanca, incondicionales de Obregón, tenían puestos clave en la “Administración de Calles”. La tarea de ambos era supervisar las actividades de Calles para controlarlo y que no se le saliera del huacal.

Y continuó, en 1924 Obregón se opuso a que Calles designara a tu papá (general de División Arnulfo R. Gómez), como secretario de Guerra y Marina pues, en su lugar, Obregón quería a Amaro. El rejuego en ese momento fue grande pues Calles no quería a Amaro al frente de la Secretaría.

Al final, Calles mostró su enorme debilidad de carácter y su temor a Obregón, por lo que accedió a la designación de Amaro al frente de la Secretaría, aunque sólo como subsecretario de Guerra y Marina, encargado del despacho, y no como titular. Calles se daba cuenta de que, con esos individuos sobre él, su capacidad de maniobra e independencia eran nulas.

ejército mexicano
General de División Arnulfo R. Gómez (1890 – 1927).

La oposición de Obregón para que el general Gómez ocupara la titularidad de la Secretaría de Guerra y Marina tuvo su origen en la negativa del general Gómez para asesinar a don Adolfo de la Huerta, además de que se lo advirtió: Fito, tengo la orden de Obregón de liquidarte, así que desaparécete. Y fue gracias a ello que don Adolfo pudo salvarse, como también se salvaron muchos de sus partidarios. Esa “desobediencia” Obregón nunca se la perdonó.

La insistencia de Obregón para colocar a su incondicional, Joaquín Amaro, como secretario de Guerra y Marina dio como resultado que tuvieron que pasar 44 días -después del 13 de junio de 1925 en que el general Arnulfo R. Gómez fue “comisionado” en el extranjero para alejarlo de México y del poder- para que Amaro fuera designado como titular de la dependencia, convirtiéndose en el primer y único titular de la dependencia totalmente analfabeta.

Conviene señalar que, el destierro que habían acordado para el general Gómez, él lo convirtió en un viaje de estudios muy exitoso y productivo, que por sí mismo diseñó, para visitar la Academia Militar de West Point, Fort Benning y Fort Riley, en Estados Unidos, así como los principales ejércitos, escuelas y establecimientos militares de Francia, Bélgica, España, Italia, Alemania y el protectorado español de Marruecos.

Desgraciadamente, la ignorancia, la falta de escrúpulos, la carencia de ética y valores, así como la corrupción propios de Joaquín Amaro, mediatizaron el desarrollo del Instituto Armado e hicieron que los vicios y atributos de Amaro caracterizaran la imagen que durante largo tiempo se le ha adjudicado, en forma genérica e injustificada, a los miembros del Ejército Nacional Mexicano, fama que, a pesar del tiempo transcurrido, ha sido muy difícil de borrar.

La doctora Martha Loyo Camacho, biógrafa y panegirista de Joaquín Amaro, tratando de disculparlo de una manera totalmente rupestre, señaló que Amaro, siempre a la sombra de las grandes figuras -conocido por su atingencia, servilismo y ambición, cargando el portafolio de quien fuera para congraciarse y quedar bien- era una persona carente de discursos… después de todo también era humano y susceptible a su condición, como tal, solapó prácticas de corrupción y enriquecimiento de sus subordinados, de hecho, él mismo se enriqueció, convirtiéndose en propietario y empresario.

En el caso del general Arnulfo R. Gómez, como resultado de su viaje de estudios a Estados Unidos, Europa y África, rindió un informe al ya secretario de Guerra y Marina, Joaquín Amaro, y con el mismo texto editó su libro Estudios Militares, que fue publicado el 15 de enero de 1926.

A través de éste resumió todos aquellos elementos con que contaban los ejércitos más modernos de la época, a fin de que el Ejército Mexicano pudiera tomar experiencias que marcaran un derrotero posible para su engrandecimiento, buscando en estos estudios las relaciones prácticas de aplicación para nuestro medio militar con innovaciones fáciles de implantar o la oportunidad de ampliar ciertos conocimientos de carácter profesional, que contribuyeran al fortalecimiento de la institución, a su modernización y mejor avance, es decir, ideas y experiencias para lograr su desarrollo integral y a corto plazo.

ejército mexicano

En total, el general Gómez hizo 43 propuestas para la reestructuración, capacitación y modernización del Ejército Nacional, entre las que destacaba la creación de la Escuela Superior de Guerra, propuestas que por la ignorancia e incapacidad, así como la carencia total de ética militar de Amaro, no se implementaron, por lo que, durante su gestión al frente de la Secretaría de Guerra y Marina, el Instituto Armado sufrió una enorme mediatización y un muy pobre desarrollo, sin poder cumplir con su función sustantiva ni con la función social y económica que el general Gómez había previsto que desarrollara. Conviene señalar que, en 1932, cuando se creó la Escuela Superior de Guerra, Amaro la planteó como idea suya.

Este libro era un complemento lógico e ideal de la importante labor realizada por el general Gómez a partir de 1921, cuando se le encomendó, como principal actividad y objetivo, la reorganización y el establecimiento de mecanismos de disciplina del Ejército Nacional Mexicano, así como de la Revista Militar Marte que el general Gómez fundó y cuya publicación inició en el año 1922, como parte sustantiva de este proceso de capacitación del Instituto Armado.

En esta revista incluyó la serie de experiencias e ideas que había acumulado en el desarrollo de su exitosa carrera militar. El objetivo de esta publicación era difundir y transmitir los conocimientos que había adquirido y sistematizado, a la tropa y oficialidad del Ejército Mexicano, a fin de instruir al soldado en relación con el arte de la guerra, de proporcionarle una más amplia educación, así como elevar su nivel de cultura con el fin último de crear un Instituto Armado fuerte, dándole solidez a su estructura y operación, además de coherencia y cohesión a la cultura castrense en sus actividades cotidianas.

En este proceso de capacitación también se incluyó la reapertura del Nuevo Colegio Militar y el diseño de sus programas de estudio.

En su libro El Centinela, publicado en el año de 1924, que también fue conocido como Manual del Ordenanza, realizó un compendio de lo que podría describirse como el A, B, C de la milicia mexicana, ya que a través de este texto sentaba las bases, haciendo un manual para reorganizar y modernizar al Ejército Mexicano. Su objetivo era forjar un moderno Instituto Armado, y darle solidez a su estructura y operación para su desarrollo integral a corto plazo, sin embargo, las propuestas realizadas en sus libros El Centinela y Estudios Militares, así como las de la plataforma política del Partido Nacional Antirreeleccionista, fueron mediatizadas y sólo se han cumplido después de 92 años.

 El Centinela constituía la columna vertebral del proceso de institucionalización del Ejército Nacional Mexicano que el general Gómez había diseñado y propuesto para desarrollarlo como Programa de Trabajo a partir del 1º de diciembre de 1924, pues el presidente electo, el general Plutarco Elías Calles, había decidido que el general Gómez fuera el secretario de Guerra y Marina para el periodo 1924-1928.

A pesar del reconocimiento y la enorme deferencia que el general Álvaro Obregón había mostrado por el general Gómez, cuya más clara manifestación se dio a través de la creación del Trofeo Copa General Arnulfo R. Gómez -cuando apenas ostentaba el grado de general de Brigada-, hubo total oposición del general Álvaro Obregón a esta designación, debido a que, como he señalado, cuando el general Gómez era titular de la Jefatura de Operaciones del Valle de México, se negó a asesinar al candidato opositor a la presidencia, don Adolfo de la Huerta, como era el deseo del entonces presidente Obregón e, inclusive, propició su fuga.

Por eso, en lugar del general Gómez, Obregón quería imponer como secretario de Guerra y Marina al general Joaquín Amaro, un individuo analfabeta, carente de principios y valores, además de muy corrupto, que se convirtió en su perro de presa, su sicario.

militar mexicano
Joaquín Amaro (1889 – 1952).

La doctora Loyo abunda en la conducta amoral y delictuosa de Amaro, señalando que sus acciones lo muestran como un ejecutor falto de escrúpulos, implicado en magnicidios tales como el del general Francisco Villa, a quien, en el colmo del sadismo y la barbarie -por haber “osado” enfrentarse a “El Manco” y obedeciendo las instrucciones del mismo Obregón-, ordenó al coronel Francisco R. Durazo, jefe de la Guarnición de Parral, Chihuahua, cortar y robar la cabeza del cadáver del “Centauro del Norte”.

A la carrera criminal de Amaro también hay que abonar la nada honrosa creación, a nivel mundial, de los dos primeros campos de concentración en Sarabia, Guanajuato y en Palo Verde, Jalisco, durante la persecución cristera, y en los que ingresaron más de 15,000 prisioneros en el periodo comprendido entre de diciembre de 1923 y marzo de 1924.

La crueldad y barbarie que se ejerció en dichos campos habla de más de 7,000 muertos, algunos de los cuales fueron sacrificados, al ser utilizados por el mismo Amaro como objetivos en sus prácticas de tiro al blanco.

Así, el Cuartel Colorado de Palo Verde, Jalisco, que originalmente recibió dicho nombre por el color rojo de los materiales utilizados en su construcción, fue mejor conocido con esa denominación por el volumen de sangre que corrió en sus instalaciones, debido a las masacres que se registraron en dicho periodo.

Espero que esta anécdota, y la serie de datos que incluye, resulten de interés pues presenta, de una manera clara y precisa, las características fundamentales de algunos de sus principales actores, la corrupción que desde aquella época se instauró en el medio político, las debilidades y lacras de algunos de sus actores, así como el clima de terror que rodeó la sucesión presidencial en 1928, el cual fue impuesto por la desmedida ambición de Álvaro Obregón para reelegirse, así como por la enorme debilidad de carácter de Calles -al que Obregón adjetivaba como Mi Teniente Correlón -, quien no sólo traicionó al postulado que dio origen a la Revolución Mexicana, sino que se sometió a los deseos de Obregón, traicionó a sus amigos y a más de un millón de personas que se sacrificaron y murieron luchando para hacer realidad el principio de Sufragio Efectivo, No Reelección.

Obregón, Calles y Amaro dieron origen a un régimen que se consolidó bajo un esquema de simulación, improvisación y corrupción, y del cual se convirtieron en estereotipos del funcionario corrupto de la burocracia mexicana, pero, lo que es peor, es que esto se ha transformado en el paradigma de numerosas personas que forman parte de la administración pública mexicana, desde que esos tres individuos accedieron al poder. Por eso, México, de acuerdo con la calificación que le otorgan diversos organismos internacionales, actualmente es conocido como uno de los países más corruptos del mundo.

Finalmente, me permito señalar que en el estudio realizado por el Centro de Estudios del Ejército y la Fuerza Aérea (CEEFA), en el año 2017, con el título de Las propuestas de modernización y profesionalización del Ejército Nacional del General Arnulfo R. Gómez, se señala que algunos de los logros sobre la profesionalización global de las Fuerzas Armadas (Ejército y Fuerza Aérea), tienen semejanza con las propuestas que realizó el general Arnulfo R. Gómez, aunque habrá que mencionar que el crédito por ello nunca fue reconocido a este personaje.

También es importante señalar que la dimensión de las reformas propuestas por  el general Arnulfo R. Gómez van más allá del ámbito de la milicia pues sus propuestas e implementación en el ámbito social y económico del país reflejan una imagen sana y extraordinaria de lo que debería haber sido el Ejército Nacional Mexicano desde la década de los 20 e igual de importante es mencionar que fue un gran militar con visión de estadista, que el caudillismo y la corrupción encabezados y promovidos por Obregón, Calles y Amaro le negaron a nuestro país, al asesinarlo proditoriamente, junto a numerosos generales, militares, intelectuales, civiles y luchadores sociales que se oponían a la institucionalización del dedazo y a la corrupción en nuestro país, misma que Calles instauró por decreto señalando que se pasaba de la era de los caudillos a la de las instituciones, pero en la realidad se pasó de la era de los caudillos corruptos a la de las instituciones corruptas, que los mexicanos hemos sufrido durante los últimos 90 años, lo que se puede constatar en el siguiente cuadro en que nos comparan con Ruanda, un país que en los 11 años más recientes ha descendido 71 puntos en el Índice de Corrupción, en tanto que México, en el mismo periodo, incrementó 58 puntos.

Índice de Corrupción

México
Fuente: Organización para la Transparencia Internacional.

Por eso, en el año 2017, el Foro Económico Mundial señaló la pésima calidad de las instituciones pública mexicanas ubicándolas en el 123º lugar, en tanto que la confianza en las autoridades en el 127º y, consecuentemente, la tramitología que han inventado esos “altísimos funcionarios”, destacados discípulos de Obregón y Calles, supuestamente para el mejor desarrollo del país, en donde también ocupamos un pésimo lugar, el 120º de un total de 137 países.

México
1) 1999.

Sin duda, un panorama nada agradable el que dejan los regímenes emanados de una revolución traicionada durante más de 9 décadas.

Anexo: Emilio Portes Gil INEHRM

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MARCO AQNTONIO TÉLLEZ E.

CON TODO RESPETO, PERO “LA CORRUPCIÓN” SE UBICA DESDE LA ETAPA COLONIAL O DEL VIRREINATO, YA QUE LOS ESPAÑOLES TENIAN LA “MALA COSTUNBRE” DE COMPRAR Y VENDER “CARGOS PÚBLICOS”. INTERESANTE SU ARTÍCULO, PERO HAY QUE INVESTIGAR Y DOCUMENTARSE MEJOR.

Arnulfo R. Gómez

Hacer un estudio sobre el origen de la corrupción en México como Usted sugiere me llevaría años y no es de mi interés pues implicaría remontarme hasta los antiguos mexicas en donde, por ejemplo, los recaudadores de impuestos (tributos) llamados calpixques, incumplían con su responsabilidad original y cobraban de más a los súbditos con el fin de enriquecerse así como también lo hacían los jueces que resolvían los conflictos y recibían sobornos para reducir los castigos.

Como puede darse cuenta, la corrupción no la inventaron los españoles, ya existía en nuestro país antes de su llegada.

Sin querer ahondar en este etapa, es importante señalar que la corrupción no sólo se castigaba severamente con la pena de muerte sino que también se tomaban medidas preventivas, es decir, tanto la educación como las leyes cívicas, ambas notablemente estrictas, enfatizaban en valores como la obediencia, la sobriedad, la rectitud y la honestidad, es decir, nada parecido a los usos y costumbres que heredamos de la etapa de corrupción extrema iniciada por Alvaro Obregón e institucionalizada, prácticamente por decreto, por el nefasto Plutarco Elías Calles al señalar que se pasaba de la era de los caudillos a la era de las instituciones, aunque la realidad era que pasamos de la era de los caudillos corruptos a la era de las instituciones corruptas.

Importante es señalar que Joaquín Amaro decía que Obregón, Calles y él mismo, eran Los tres mosqueteros, aunque vox pópuli comentaba que en realidad eran Los tres más rateros, que verdaderamente merecían los castigos que aplicaban los antiguos mexicas a los corruptos.

Espero que con esto quede claro el porqué no repaso las diversas etapas de la corrupción en México.

Arnulfo R. Gómez

MARCO AQNTONIO TÉLLEZ E.

ES INTERESANTE SU OPINIÓN, NO PRETENDO CONVENCERLO, SÓLO LO INVITO A ESTUDIAR A FONDO LA “ETAPA COLONIAL” DONDE SE GENERO LA SUB-CULTURA DE LA “CORRUPCIÓN” EN LO QUE SERÍA MÉXICO, LAS DEMÁS ETAPAS A LA FECHA SON EFECTO DE.
GRACIAS POR SU ATENCIÓN E INTERÉS EN EL TEMA.

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