Los esfuerzos de “Un Teatro. Alternativa escénica” sobre la calle de Nuevo León, en la Condesa, son sobresalientes. No sólo por aventurarse a abrir un nuevo foro dentro de uno de los centros culturales más importantes de esta ciudad, sino también por hacer apuestas a textos que son capaces de reconocer el pulso cotidiano y contemporáneo.
La oferta mediática se desborda. Para el teatro, el creciente número de opciones de entretenimiento y diversión no es el obstáculo a vencer; sino que estas opciones cada vez se encuentran más alcance de la mano, sin la necesidad de salir de la casa. Ahora, la competencia ya no está en el cine y la televisión, sino en una computadora: en Netflix, YouTube, Facebook o cualquier otra maravilla de la interactividad.
Para la gente de teatro, la pregunta clave para hacer su trabajo es: ¿por qué la gente saldría de la comodidad de su hogar para ver una obra? ¿Qué se le puede ofrecer al público que sólo pueda encontrar en el teatro? La respuesta no es nada sencilla. “Un Teatro. Alternativa escénica” contesta al apoyar “Chico conoce a chica”; aceptar este proyecto demuestra qué tanto está consciente de las necesidades actuales de la audiencia y la competencia voraz.
Este espacio, al apoyar este montaje, trata de reflejar nuestros problemas, nuestras carencias, nuestros dilemas. Pero también se deja llevar por el ímpetu de un teatro más a flor de piel, donde la experiencia en vivo sea el único elemento distintivo del quehacer teatral.
Adriana Pelusi, la escritora de “Chico conoce a chica”, cuenta una historia de amor en los tiempos posmodernos. Más que una historia convencional, con una clásica estructura dramática, Pelusi junta una serie de viñetas donde se habla de la volatilidad en las relaciones de pareja, de su poco compromiso con el otro, de la enfermiza autosatisfacción sin ver al de junto.
Mediante cuatro personajes, se entrelazan anécdotas perfectamente reconocibles para el público en referencias, problemáticas y lenguaje. El tono de comedia ayuda a hacer una gran crítica sobre el amor y los enamorados. El texto, por momentos, tiene tintes del formato televisivo en cuanto al ritmo, tempo y acciones simultáneas, lo que ayuda a mantener el interés y conectar de forma más contundente con las audiencias actuales.
La dirección de Javier Colinas propone un juego escénico que se asemeja a los esquemas interactivos de Internet. La sensación es como la de abrir cuatro ventanas en tu computadora donde podemos seguir el conflicto de los personajes: a veces nos quedamos más en la historia de uno, regresamos a la anécdota de otro o podemos contrastar dos momentos diferentes al mismo tiempo.
Todo el planteamiento escénico tiene un mayor impacto en los jóvenes. No hay ningún momento desperdiciado. Los guiños al público cuando un actor le habla directamente hacia éste o, por momentos, narra la acción con la finalidad de hablar de su mundo emotivo, funcionan. El montaje rompe las barreras con el espectador para hacerlo partícipe de una experiencia divertida y catártica.
Durante algunos meses del 2013, el montaje se había presentado en el Trolebús del Parque México, un terreno fértil para propuestas con un corte más experimental en el trazo escénico y la relación con el público. En “Un Teatro. Alternativa escénica”, la obra se acopla a dimensiones teatrales más convencionales y a una distribución clásica de butacas con una gran efectividad. La escenografía se reduce a lo mínimo, a elementos simbólicos, para privilegiar la actoralidad.
La participación de Adriana Llabrés vuelve a ser impecable en su técnica; su rango actoral es sorprendente y, sin duda, destaca por su habilidad de lograr una apariencia de facilidad en escenas complicadas. Nunca veo que está trabajando, siempre la veo como su personaje. Elba Jiménez carga los momentos más hilarantes de la obra; su carisma y peso escénico son memorables.
Luis Arrieta y Sergio Belver tienen un gran sentido del ritmo. Arrieta construye un personaje con una interesante corporalidad que le brinda verosimilitud y organicidad en sus acciones. Belver consigue intenciones y relaciones complejas al abordar un personaje con un mundo emotivo, en una primera lectura, básico; su interpretación le brinda a la obra los grandes momentos de crítica.
“Chico conoce a chica” es una gran oportunidad para descubrir un teatro mexicano más cercano a nosotros. Un pretexto para salir de la casa y ver una obra. No es una pieza de museo, ni mucho menos autocomplaciente con la gente del medio; es una experiencia que piensa primero en la audiencia y trabaja para la audiencia. Y encontrar un trabajo con este corazón es de una generosidad admirable.
“Chico conoce a chica”
De: Adriana Pelusi
Dirección: Javier Colinas
Un Teatro. Alternativa escénica (Nuevo León 46, colonia Condesa)
Viernes 21:00 hrs., sábados 19:00 y 21:00 hrs., domingos 18:00 hrs.