¿Hacia dónde, presidente?

Me refiero al comentario de Vicente Arredondo sobre mi artículo publicado en este espacio la semana pasada; comparto su dicho de que las fallas en las relaciones entre personas, grupos y empresas con el gobierno tienen como fondo problemas de dinero. “No hay sentido alguno de auténtico interés nacional. Cada quien ve por lo suyo, y lo suyo significa dinero y bienestar personal, grupal o empresarial”.

El comentario apunta a que no hay claridad en que la intención declarada por el presidente, de imponer el interés general al de los económicamente poderosos, avance con la necesaria motivación social y congruencia política del gobierno.

El verdadero desarrollo, el que ofrece certezas en seguridad económica, social y personal a todos, tiene como primer requisito una idea de progreso que sea significativa para la mayoría y aceptada como la dirección que el Estado sigue o debe seguir.

El segundo requisito, inseparable del primero, es que diversos intereses particulares –con sus excepciones– reconozcan en el diseño y ejecución de las políticas económica, financiera, fiscal y social un balance favorable entre costos y beneficios.

Desarrollo de México.
Imagen: García, Terán & Torres, Asociados SC.

El bono político con que inició el gobierno de López Obrador se está desgastando sin que haya logrado motivar y reunir a las fuerzas económicas necesarias para avanzar en la idea de que “por el bien de todos, los pobres primero” (de incuestionable significado social); tal avance requiere una plataforma de crecimiento material que está por crearse, no existe, venimos de más de tres décadas de crecimiento per cápita nulo o negativo, con un sistema financiero extranjerizado que no financia actividades productivas y un fisco que recauda apenas la tercera parte de lo que, en promedio, cobran los gobiernos integrantes de la OCDE.

El lunes, el secretario de Hacienda anunció que se destinarán desde ya, 485 mil millones de pesos para impulsar, no el consumo con medidas asistenciales, sino inversiones productivas en infraestructura, además de créditos y garantías a micro, pequeñas y medianas empresas y algo muy relevante, que Enrique Quintana apuntó antier: finalmente se echa a andar a la banca de desarrollo.

Es un primer paso, pero su repercusión requiere medidas que van contra declaraciones del presidente; a manera de ejemplo, el crecimiento supone la contribución del sistema financiero privado, al que se le ha ofrecido la libertad para autorregularse y el compromiso de que no se aplicarán normas vigentes para hacerles bajar las excesivas comisiones y tasas de interés que cobra en nuestro país.

Soluciones.
Ilustración: Nexos.

Las inversiones del sector público son el más importante instrumento de fomento económico con que cuenta el Estado y, sin embargo, lo que proyecta el gobierno para todo el sexenio es su disminución, igual que durante el periodo neoliberal al que se le declaró la muerte; y no puede ser de otra manera si aumenta el gasto social y se eleva el rubro de pensiones, pero no se crean nuevos impuestos ni aumentan los vigentes conforme a parámetros internacionales, según se ha comprometido el presidente.

Son dos entre muchos ejemplos de incongruencias que no dejan ver que cuadren el rumbo social declarado de la 4T y la activación de recursos materiales para soportarla; es una fuente de incertidumbre en las decisiones empresariales de inversión y de confusión en las redes sociales.

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Javier Nava

…no toma en cuenta el presupuesto. Tampoco increpa a los actores económicos y a las mafias económicas. Su entrega es pobre.

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